
Imagina llegar al fin de semana con la ilusión de hacer una barbacoa en tu jardín solo para, finalmente, enfrentarte a una multa de 700 euros.
En un reciente incidente publicado por el usuario @maxikhen29 en TikTok, un residente de la ciudad fue multado con 700 euros por el simple acto de hacer una barbacoa en su propio jardín. Aparentemente, el vecino del quinto piso, que no tiene ni jardín ni barbacoa, fue quien denunció el hecho. ¿Puede ser esto legal? Vamos a analizarlo.
¿Está permitido hacer barbacoas en terrazas o jardines en Barcelona?
En Barcelona, la normativa sobre barbacoas ha sido reforzada a raíz de las ordenanzas municipales aprobadas en 2024, con el objetivo de prevenir incendios y minimizar las molestias vecinales.
Estas regulaciones varían según el tipo de vivienda y el lugar donde se realiza la actividad.
En jardines privados, está permitido hacer barbacoas, siempre que no generen molestias a los vecinos. Según la normativa municipal, el humo, el ruido y los olores pueden ser considerados motivos de sanción si afectan a otras viviendas, ya que se catalogan como actividades molestas, insalubres o peligrosas.
Sin embargo, las barbacoas están totalmente prohibidas en terrazas, balcones y edificios de la ciudad. Esta prohibición responde a razones de seguridad, especialmente tras los incendios forestales registrados en Cataluña. En estos espacios, encender fuego se considera una infracción, incluso si es una práctica habitual durante los meses de verano.
En urbanizaciones fuera del núcleo urbano, se permiten barbacoas solo si se cumplen ciertos requisitos: deben contar con un matachispas, estar cerradas por tres paredes, y ubicarse a más de 500 metros de zonas forestales. Además, está restringido el uso de carbón o leña, permitiéndose únicamente dispositivos de gas o eléctricos, que generan menos humo.
También se debe tener en cuenta el calendario de riesgo de incendios. Generalmente, entre el 15 de marzo y el 15 de octubre, está prohibido encender barbacoas en exteriores por motivos de seguridad.
El incumplimiento de estas normas puede acarrear sanciones de hasta 500 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción. También puede ser que el importe sea superior si hay otros factores o actos denunciables que lo agraven.