Hace más de 40 años Ridley Scott dirigía una película que supondría un hito en la historia del cine: Alien: el octavo pasajero. En ella, una nave espacial liderada por la siempre soberbia Sigourney Weaver tenía que hacer frente a un polizón inesperado y de poco talante.
El argumento es de sobra por todos conocido y la película desató un fenómeno fan que todavía hoy se siente. Buena prueba de ello es esta especie de museo, ubicado en La Sagrera, que Luis Escribano ha tardado más de dos años en confeccionar.
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Escribano llevaba años acumulando piezas de coleccionista de la saga hasta que decidió ponerlas todas juntas, enfocadas a un fin: recrear a escala real la nave de la película. El resultado son 65 metros cuadrados de detalles, todo hecho a mano a base de masilla, madera, PVC y demás material reciclado que pondrán los pelos de punta a fans y neófitos.
El espacio se divide en varias zonas, repartidas en función de las entregas de la saga. La primera está dedicada exclusivamente a Alien, el primer largometraje; allí se recrea la Nostromo y la Narcissus. La segunda zona segunda está enfocada a Aliens, la primera secuela. Y en tercer lugar, un área dedicada al resto de cintas que completan la saga.