¿Quién necesita pagar Netflix si existen iniciativas como esta?
Qué fácil es ser cinéfilo en Barcelona. O, mejor, qué fácil nos lo pone Barcelona (ciudad y provincia) a quienes veneramos el cine.
Si bien es cierto que la literatura es un terreno más fecundo para la ficción –Eduardo Mendoza, Carmen Laforet, Mercé Rodoreda, Juan Pablo Villalobos…–, Barcelona también se presta a la ficción cinematográfica. Aunque no son esas las facilidades cinematográficas que ofrece la ciudad a las que nos referimos.
Es más bien la plétora de cines independientes que tenemos, las tarifas planas por precios irrisorios, el hecho de tener aquí uno de los festivales más importantes de España –el de Sitges, claro– o la iniciativa que revelamos en este artículo.
En ese sentido y respondiendo a la pregunta de quién necesita Netflix, ahí va la respuesta: poca gente. Quien quiera ver más de ocho películas al mes (dos a la semana), esa gente necesitará al gigante del streaming.
No lo necesitará quien tenga Netflix por el número de películas que ahí hay: la red de bibliotecas de Barcelona ofrece 2.000 películas. 2.000 títulos entre los que no cabe esperar un telefilm de Antena 3 de después de comer. Más bien, todo lo contrario. Aquí hay auténticos peliculones como La Vida de Adéle; París, Texas; o La Semilla del Diablo.
Por último, tampoco necesitará Neflix quien no quiera pagar la tarifa mensual que ésta exige. El servicio de la biblitoteca es completamente gratuito. E intuitivo. Basta con entrar en ebiblio.cat, iniciar sesión con tu número de carnet de biblioteca (la contraseña, si no la has cambiado, es tu fecha de nacimiento toda junta) e voilà. Todo el cine a tu disposición.