
Un gesto simbólico de protesta se extiende estos días por decenas de pueblos catalanes: los agricultores han decidido voltear sus carteles de entrada, como parte de las movilizaciones masivas impulsadas por el sector en lo que consideran una crisis estructural que amenaza la viabilidad del sector agrario.
Los carteles de entrada al revés son una forma visible de expresar la inversión de prioridades que sienten los agricultores. Con esta acción, buscan llamar la atención del gobierno autonómico y nacional sobre la gravedad de su situación.
Esta acción está inspirada en un movimiento similar llevado a cabo por agricultores franceses bajo el lema On marche sur la tête.
Las razones principales que han motivado esta acción incluyen el reciente acuerdo con Mercosur, que permitirá importar alimentos de países como Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay con menores exigencias medioambientales y a bajo precio, o la caída de los precios de productos clave, como el aceite, y los altos costos de producción que han hecho inviable muchas explotaciones agrícolas.
También, la sequía prolongada y eventos extremos como la dana han reducido significativamente la producción de cultivos fundamentales como la avellana en Tarragona.
Los agricultores catalanes, que hace un año bloquearon Barcelona con tractores, critican que las promesas del gobierno catalán tras las protestas del año pasado no se han cumplido.
Por ello, el movimiento Revolta Pagesa y otros gremios agrarios entre los que no se encuentran las organizaciones mayoritarias del sector, Unió de Pagesos (UP) y Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC), han organizado cortes de carreteras en puntos estratégicos de Cataluña para este 10 de febrero de 2025.
Aun así, UP ha anunciado que en los próximos días en su congreso fijará las líneas principales «de lucha» para hacer frente a los retos y problemas a los que se enfrenta el sector, y entre los que está fijar con la administración un plan justo para no desplazar la pagesia del campo catalán.