Verdi que te quiero Verdi.
Si trasladásemos la concepción del Barrio de Gràcia a la metáfora del cuerpo humano, la primera referencia que tomaríamos sería la de los órganos vitales. Que, dado el caso, serían las plazas. El tránsito de personas podría equivaler a los glóbulos rojos y a los glóbulos blancos. Mientras que las calles propiamente dichas serían las venas. La aorta, qué duda cabe, sería Verdi. Ni Torrent de l’olla ni Gran de Gràcia. Verdi.
Verdi es, sin salirnos del cuerpo pero elevándolo a conceptos espirituales, el alma de Gràcia: la calle que concentra o condensa toda la esencia del barrio. Toda la esencia de la ciudad en su forma más pura.
Podría pensarse que para aspirar al título que ahora mismo le acabamos de otorgar necesitase obras referentes del modernismo catalán. Un nombre con una etimología más rebuscada, quizás. Pero creemos que no le hace falta. Verdi representa la idiosincrasia barcelonesa: cultura por doquier, baretos viejos y el último grito en cocina creativa, restaurantes japoneses y tabernas tradicionales, vermuts coexistiendo con hamburguesas. Todo eso en 1.300 metros.
1. Taifa Llibres (Verdi, 12)
Una sala para las novedades y los libros de primera mano y una segunda sala para los libros de ocasión. Si los alérgicos al polvo midiésemos la calidad de una librería de segunda mano en función de los estornudos, Taifa se llevaría la palma. Aquí también tienen un registro de los libros que venden y si no tienen lo que buscas de segunda mano, siempre puedes llevártelo nuevo.
2. Creps Barcelona (Verdi, 17)
Huevos, leche, harina y algún ingrediente que puede variar en función del gusto del consumidor. Parece mentira que de tan básicas premisas pueda haber semejante variación en el resultado. En la excelencia de éste, del resultado, destaca Creps Barcelona. Clásico incontestable.
3. Wok Verdi (Verdi, 20)
La práctica del street food aún no se ha impuesto del todo en la cultura barcelonesa pero está claro que algún día, sucederá. Mientras tanto, toca pedirse unos tallarines y sushi variado para comérselo en un banco acompañado de una yonki lata. Eso sí, cuidado que no te pillen que a lo mejor la comida te sale por el mismo precio que un viaje al lejano Oriente.
4. Gallina de piel (Verdi, 29)
Dado que no hay nadie mejor que uno mismo para definirse, referiremos las palabras de las que hacen uso en su bio de Instagram: objetos sorprendentes, hechos a mano, estilo decorativo creativo, espacio de inspiración. Con el estilo vintage que les caracteriza por bandera, Gallina de piel -además de ser una de las tiendas con nombres más molones de toda Gràcia- es todo un caramelito.
5. La trini (Verdi, 30)
Es un bar acogedor desde el minuto cero, por su decoración y el buen trato del personal. Merece la pena acompañar la bebida con unas tapas, de calidad y con mucha mucha personalidad. Es un sitio al que ir a todas horas, ya sea de afterwork, para un pica-pica, para tomar el vermut…Siempre serás bienvenido. Las tapas must son las croquetas, los dados de solomillo, el tartar de atún y las bravas de la casa.
6. Cines Verdi (Verdi, 32)
Los cines Verdi son un clasicazo. También siguen a rajatabla el mandamiento de la versión original y combinan títulos más conocidos (pero que siguen un estilo muy independiente), súperestrenos y lo más independiente del mercado, con películas inéditas.
7. Rekup & Co (Verdi, 63)
Tienda peculiar donde las haya, Rekup & Co. Este negocio de Verdi es especialista en el reciclado de madera. Bueno, en el reciclado, en la restauración y en la presentación de objetos que son la envidia de cualquier carpintero. Ni el mismísimo padre del mismísimo Jesucristo llega a las cotas de calidad, especialización y precisión al detalle de Emmanuel Wagnon, dueño de Rekup & Co.
8. Kibuka (Verdi, 64)
El Kibuka se caracteriza por la gran variedad que tiene en el menú. En este restaurante japonés puedes encontrar de todo, y si no te gusta el sushi o el pescado crudo no es santo de tu devoción no tienes por qué preocuparte, porque la carta está a la altura.
9. La Bicicleta (Verdi, 65)
Carta buena y breve. Con lo cual, como reza el refrán: dos veces buena. La Bicicleta es un must en lo que a opciones de tapeo se refiere. Raciones pequeñitas, eso sí, pero la calidad es insuperable. A destacar el tataki, las hamburguesas y las bravas.
10. Revolution (Verdi, 80)
En un barrio tan hipster como Gracia, no podía faltar en esta lista una tienda que estuviera en sus calles. La ropa de Revolution tiene matices norteamericanos y tenemos la teoría de que, al no ser especialmente conocida, las prendas de calidad permanecen casi sin ser tocadas. Ropa de le coq sportif, por ejemplo, y gafas Ray Ban a precios muy muy dignos.
11. Costuretas Social Club (Verdi, 81)
El nombre no llama a equívocos. Es exactamente lo esperado: un lugar en el que aprender a coser. Ahora bien, que sea lo esperado no quita que esté bien valorado. Diré que no he tenido la oportunidad de ir, pero un par de personas de mi entorno sí que lo han hecho y lo recomiendan abiertamente.
12. Mercat de Lesseps (Verdi, 200-201)
El concepto de barrio entendido en la más pura de sus acepciones, se ve completamente reflejado en este mercado. Siendo, quizás, menos conocido en Gràcia por culpa -entiéndase que no hay culpabilización ofensiva- del Mercat de l’Abaceria, el Mercat de Lesseps es una oda al producto fresco, de calidad y de cercanía.