
La vida moderna tiene esas cosas: el cine erótico está hoy más extendido que nunca y es una de las industrias que más dinero factura en el mundo. Nunca consumir este contenido ha estado tan al alcance de la mano y su consumo está tan normalizado que Barcelona acaba de abrir House of Eika Lust, la primera experiencia inmersiva en tres dimensiones de cine erótico del mundo.
Y aunque estamos en ese punto, en este artículo no podemos escribir la palabra p**no porque Google lo censuraría, por lo que nos vais a disculpar si os describimos esta experiencia erótica usando todos las alternativas posibles por mojigatas que suenen en ocasiones.
En todo caso, si estás aquí es porque tan mojigato o mojigata no eres. Por lo menos, eres algo curioso, lo suficiente como para querer saber en qué consiste una experiencia de cine p**no inmersiva y qué se puede ver en este recorrido que Erika Lust, una de las directoras de cine erótico más conocidas del mundo y pionera del p**no ético o feminista ha abierto al público en Barcelona.
¿Cómo es ver cine erótico rodeado de desconocidos?
La experiencia de House of Erika Lust pretende acercar el p**no y «llevarlo a la conversa pública», según explica su autora, creando una experiencia inmersiva similar a las que últimamente nos meten dentro de cuadros de Dalí o películas de Pixar. Para ello, en una localización secreta (aunque habitual para los amantes de este tipo de experiencias) del Poblenou se ha armado esta «casa» del erotismo, donde uno, por 24 euros, tiene acceso a un recorrido de tres zonas donde explorar las distintas formas que toma el deseo.
Nada más entrar por una puerta trasera después de esperar en la oscuridad (la experiencia solo se abre de noche), nos ponemos un antifaz para liberarnos de nuestros prejuicios y pasamos a ver las Confessions, vídeos del proyecto de Erika Lust donde las fantasías de personas anónimas se convierten en películas eróticas.
En la segunda sala, la mejor y la más interactivae, se da lo bueno. Unas gafas de realidad virtual nos permiten entrar en la casa de Erika Lust, una vivienda de tres pisos por la que pasearemos pudiendo interactuar con muchas partes de la casa que nos descubrirán todo tipo de escenas sensuales cuya intensidad podremos seleccionar al elegir, al principio de la visita, si queremos una visita explícita o más contenida.
Esta parte, la más innovadora, permite, realmente, sumergirse en una producción erótica y verla desde muchos puntos de vista variados que nos llevan por un auténtico viaje por las distintas formas del cine para adultos.
Por último, la terecerla sala, el Metaverso, es una sala fonde pantallas enormes nos rodean mostrando algunas de las producciones más icónicas de la historia de Erika Lust.
No os contamos más para no arruinar la experiencia. Eso sí, calma, la experiencia es para mayores de 18 años y, evidentemente, todo el recorrido se realiza de forma individual, por lo que cualquier reserva que puedas tener, bórrala y dedícate a disfrutar de la experiencia.
¿Es ético ir a ver un espectáculo de p****grafía?
En la redacción tuvimos dudas sobre si cubrir un espectáculo como este o entrevistar a Erika Lust, una directora de cine erótico. No por juicios morales sobre la sexualidad, sino por que hay muchas voces que consideran que el cine erótico (es decir, la p****grafía) es prostitución legalizada y un género que cosifica a la mujer y ahonda en estructuras machistas, heteropatriarcales o de explotación de la mujer con las que no estamos de acuerdo.
Por otro lado, Erika Lust defiende que su producción es ética y feminista, y existen también voces que así lo defienden. Por eso decidimos ir y preguntarle si su trabajo podía ser ético, a lo que nos respondió que todas sus producciones se realizaban teniendo en cuenta el punto de vista de la mujer y con condiciones laborales éticas y parámetros feministas.
Queda en la mano de cada una construir su moral al respecto y decidir, también, si acude al espectáculo.