Hay lugares que tienen un encanto especial, ya sea por la decoración, lo que ofrecen o el trato de las personas. Puede, también, que por una mezcla de todos esos factores. Cuando ocurre eres plenamente consciente y puede que incluso lo agradezcas.
Hace unos días tuvimos una experiencia así en La suegra del jardinero, el único bar botánico de toda la ciudad. Un local que abrió sus puertas el pasado mes de diciembre y que a pesar de la pandemia está consiguiendo hacerse su propio hueco dentro de la oferta gastronómica local.
El peculiar nombre del local es fruto de una anécdota que vivieron sus fundadores: Joaquín y Maria Noel, una pareja de argentinos que tenían claro que querían trasladar su pasión por la botánica. Como ellos mismos explican, quieren que la gente sepa cuidar de las plantas y conozca un poco de dónde viene cada una. En coherencia con este propósito, en la carta encontramos nombres botánicos y casi todos los platos y cócteles vienen acompañados de flores.
Se trata de un tipo de cocina en la que encontramos muchos productos de la gastronomía argentina, como el chipá o la provoleta. El primero es una torta de harina de maíz o mandioca y queso; la segunda, como su propio nombre indica, es queso provolone asado, uno de los platos que acompaña los clásicos asados argentinos.
En su carta hay una extensa variedad de opciones vegetarianas, veganas y celíacas, aunque ellos prefieren no definirse bajo ninguna etiqueta. Destacamos los boniatos con salsa brava vegana, el hummus de remolacha ahumada sobre un jardín de verduritas de temporada y La del Tano burger, una hamburguesa casera de lentejas y zanahoria acompañada de cebolla caramelizada, tomate seco, rúcula y provolone hilado argentino. De postre, recomendamos el brownie casero con helado artesano de pistacho.
Tampoco podemos dejar de mencionar su elaborada carta de cócteles de autor, con y sin alcohol. Muy recomendados el Encuentren al jardinero, elaborado con hierbas, lima, albahaca, jengibre y cardamomo, y el Lidiana, con lima, pomelo, ginger beer y hierbas.
En cuanto al local, tanto su ubicación en plena Antiga Esquerra de l’Eixample como su decoración son muy agradables. Un bar repleto de plantas (de venta al público) que es ideal tanto para un brunch de sábado como para ir a merendar a media tarde.