El debate ha existido siempre. De hecho se reaviva cada Navidad. Hace un par de años parecía haber quedado zanjado cuando el asunto llegó a ser trending topic en Twitter, pero siempre viene bien refrescar mentes.
La responsable de que el asunto se hiciera viral fue la escritora y colaboradora de TV3 y Catalunya Ràdio Empar Moliner, quien abrió el debate usando el hashtag #EsDiuTió.
El debate estaba servido y Moliner tenía clara su postura pero entonces, ¿es incorrecto hablar de cagatió?
En realidad, el término más apropiado para hacer referencia al objeto en sí mismo es «tió», que es de lo que se trata: una tronco o una rama gruesa de las que alimentan las chimeneas. Según manda la tradición, los días antes de emprenderla a golpes con el pobre tió se le alimenta. Y solo entonces, cuando el día apropiado llega, se hace cagar al tió, es decir, llega el cagatió como ritual, como evento, como acontecimiento colectivo.
Pero el tió siempre estuvo y es un tronco con virtudes humanas (o al menos animales) como defecar, tener ojos y llevar puesto algo encima de abrigo.
El tronco que zurrar a palos porque nos cague dulces y otros regalos es el tió, porque un tizón es justo eso: un trozo de tronco o rama gruesa, sobre todo los que sirven para quemarlos en la chimenea. Por lo tanto, los días antes de darle golpes, damos comida al tió, y el día que toca, hacemos cagar el tió.
Así lo recoge también el libro de estilo de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales.