Desde 1963, Tarantos, situado en la Plaça Reial, es una parada obligada para todos los amantes del flamenco. En su escenario se concentran toneladas de duende que podemos regar con un buen vino y comida típica para disfrutar de una jornada particular.
A diferencia de tantos otros locales de la zona, que han sucumbido y se han convertido en mera trampa para turistas, el tablao más antiguo de la ciudad conserva el espíritu que lo hizo célebre y sigue siendo un plan ideal tantos si somos de la ciudad como si estamos de paso.
Los shows de Tarantos
Cada día del año, Tarantos ofrece cuatro sesiones de espectáculo de 40 minutos a la media de cada hora, de 17:30 a 20:30, para que cualquiera que lo desee pueda disfrutar de una buena ración de flamenco en vivo. Además, en la temporada de verano, podemos disfrutar de más pases así como un Special Show.
En estas sesiones se alternan cada semana dos espectáculos distintos de dos formaciones diferentes, siempre con el cante, el baile y el toque como protagonistas.
En todos estos shows se combina el talento de artistas consagrados del género (tanto locales como nacionales) con el de jóvenes promesas del flamenco. Esto convierte a la programación de Tarantos en una mezcla muy equilibrada de tradición y modernidad que gustará tanto a los aficionados del género como a aquellos que desean tener su primer contacto.
Tapas & drinks: el mejor acompañante para el flamenco
Tarantos ofrece tres opciones de entrada: la básica, que incluye una sesión de 40 minutos de espectáculo, y otras dos modalidades para disfrutar de bebidas y gastronomía local.
Si optas por la opción Ticket&Drink, podrás disfrutar del show y una consumición (cerveza, vino, cava o refresco, entre otros) en el mismo local. Y si adquieres el Ticket&Tapas, tu visita a Tarantos se complementará con un menú en el restaurante Expat, vecino de Tarantos en Plaça Reial; esta opción te permitirá disfrutar de comida tradicional antes o después del show. El menú (que puedes consultar aquí) incluye, entre otras delicias, croquetas de jamón ibérico, calamares a la andaluza, unas buenas bravas, choricitos picantes… Se nos hace la boca agua solo de pensarlo.
Breve historia de Los Tarantos
En 1962 se estrenaba Los Tarantos, película de Francisco Rovira Beleta, una versión libre de Romeo y Julieta ambientada en la Barcelona gitana de la época. Gran éxito de crítica y público y candidata a mejor película de habla no inglesa en los Oscars, compartió nombre con otro hito barcelonés: un año después, en 1963, se abría en la ciudad condal un tablao llamado Los Tarantos, que tardó muy poco en convertirse en uno de los sitios más cool de Barcelona, un icono de la noche en la ciudad.
Ya en sus primeros años lo más granado del flamenco pasó por sus tablas, como los bailaores Antonio Gades o La Tolea, los tocaores Andrés Batista o Pepe Pubill o los cantaores, Fosforito o Pepe Cortés. Y en los 70, Tarantos se consolidó aún más con la figura de Maruja Garrido, icónica artista que prácticamente se convirtió en la cantaora y bailaora residente del tablao.
Por supuesto, las grandes celebridades de la época no querían perderse sus shows y está documentado que famosos internacionales como Tom Jones, Paul McCartney o Cassius Clay se dejaron caer en alguna de sus visitas a Barcelona. También era habitual ver a las autoridades en primera fila, especialmente cuando se trataba de mostrar las bondades de la ciudad a mandatarios internacionales.
Entrados los años 90, tras una extensa reforma y cambio de propietarios, Tarantos dio paso a una nueva etapa con aires de modernidad, en la que grandes del nuevo flamenco como Miguel Poveda, Montse Cortés o José el Francés derrocharon arte sobre sus tablas.
Y de ahí… hasta nuestros días. Más de 60 años después, Tarantos se mantiene en plena forma, funcionando como cantera para las próximas grandes estrellas del flamenco. Y fiel a su cita con los barceloneses y todo aquel que quiera acercarse, ofrece espectáculos con guitarristas, percursionistas, cantaores y bailaores de primer nivel los 365 días del año.