
En el cruce de Paseo de Gràcia con los Jardinets de Gràcia, un banco anodino ha adquirido una fama inesperada en Turquía. Para la mayoría de barceloneses pasa desapercibido, pero para los turcos que visitan la ciudad es un lugar de peregrinación. Bautizado extraoficialmente como el «Banco de Arda Turan», este rincón discreto está a punto de desaparecer debido a las obras de remodelación de la zona.
Cualquiera que recuerde el discreto paso de Arda Turan por el Barça recordará eso, lo discreto de su aportación. Por eso llama la atención que un banco lo haya sobrevivido tanto tiempo. Todo comenzó hace años, cuando Arda Turan, entonces jugador del FC Barcelona y estrella nacional en Turquía, fue fotografiado tomando un café en ese banco tras una cena en el restaurante japonés Parco, justo enfrente. La imagen, sencilla pero significativa para los fans del futbolista, se viralizó en Turquía, transformando el banco en un destino turístico insólito.
Desde entonces, las redes sociales han sido testigos de un flujo constante de turistas turcos que buscan replicar la famosa fotografía. Muchos incluso han dejado su firma en el banco, convirtiéndolo en un curioso símbolo de admiración colectiva.
Adiós a los Jardinets de Gràcia tal y como los conocemos
La popularidad de este banco no lo ha salvado de las obras que el Ayuntamiento de Barcelona iniciará este mes para remodelar los Jardinets de Gràcia y que incluyen la sustitución de todo el mobiliario urbano, incluido este banco. Según el proyecto, los bancos actuales serán reemplazados por nuevos modelos de hormigón y madera, poniendo fin a la existencia del famoso «Banco de Arda Turan».
El propio Turan, ahora entrenador del Eyüpspor en Turquía, ha reconocido el fenómeno. Durante la grabación de su documental Cara a cara, estrenado en Amazon Prime el pasado agosto, el exjugador regresó al banco para tomarse otra fotografía, sellando su legado en este peculiar enclave.