Se ha ido Papa Noel, pero (además de los regalos) nos ha dejado el frio.
Si hoy has salido a la calle con las mismas capas que ayer y tienes más frío, tiene explicación: ha llegado a Barcelona una ola de frío polar procedente del Norte de Europa. Ha entrado una masa de aire polar o ha irrumpido el aire escandinavo en la ciudad condal (que además de sonar más pedante, fonéticamente es mucho más bonito).
El temporal no es traidor porque lleva tiempo avisando: el descenso de las temperaturas ha sido progresivo. El momento gélido más álgido se alcanzará entre el jueves y el viernes. Aun así, el jueves se espera que los termómetros marquen los cero grados. Dando así lugar a un descenso de entre cinco y diez grados con respecto a las temperaturas que veníamos soportando este invierno.
Además, cabe decir que está previsto que los barrios más cercanos a la costa registren temperaturas más altas. Dando lugar, al mismo tiempo, a posibles heladas en las zonas del interior (Sarrià, Tibidabo).