También le concederán (a título póstumo, obviamente) la Medalla de Oro de la ciudad.
Al buscar la información para escribir este artículo, Google me ha remitido a la calle de Montserrat Caballé en Getafe. Y he pensado, ¿cómo va a tener Getafe una calle en homenaje a la tenor y la ciudad en la que nació y vivió no?
Algo así debió pensar Alberto Vilagrasa, del Partido Popular, cuando propuso nombrar a una calle como la soprano tristemente fallecida el 6 de octubre. Una calle para “esta barcelonesa universal, como reconocimiento de su trayectoria artística”, eso es lo que ayer dijo Vilagrasa en el pleno.
El sí del resto de los grupos municipales no se ha hecho esperar. Y lo curioso es que ha habido quorum porque, contextualmente, también casa con uno de los proyectos del equipo de Ada Colau. Con el proyecto de feminizar el nomenclátor barcelonés. Y es que sólo el 7,5% de los personajes que tienen calle en Barcelona son mujeres. Una cifra ridículamente baja.
Volviendo al tema de la calle, cabe decir que el proceso que se va a seguir para la concesión es extraordinario. No puede ser de otra manera: para poner a una calle el nombre de una persona que ha fallecido, hay que esperar cinco años. A no ser que se le conceda la Medalla de Oro de la ciudad. Cosa que también sucederá porque se han anunciado los trámites.
Así pues, profeta fuera de su tierra, Montserrat Caballé, que enmudeció a un auditorio en Nueva York en su primera actuación de enjundia, será reconocida en su ciudad.