Existen muchas formas de arte, pero ninguna como las partituras cinematográficas. Por eso, los conciertos que celebran la música de películas, series y videojuegos se están volviendo habituales, ofreciendo experiencias únicas que resuenan en lo más profundo de nuestras emociones. Cierra los ojos y deja que las bandas sonoras te transporten a esos mundos inolvidables del cine.
«Hay que hacer que el público experimente tanto con los oídos como con los ojos.» – James Horner
Sensación de espacio y tiempo
Desde la música épica de El Señor de los Anillos que nos hace viajar al mundo fantástico de la Tierra Media, pasando por la banda sonora de Blade Runner que nos acerca a un futuro distópico donde suenan sintetizadores y tonos eléctricos, hasta las composiciones de Ennio Morricone para El bueno, el feo y el malo con poder para trasladarnos al viejo Oeste.
Estado de ánimo y atmósfera
La música puede moldear las emociones del espectador y definir el tono de la narrativa. Por ejemplo, mientras que los acordes inquietantes de Tiburón nos generan tensión incluso antes de que aparezca su aleta, las alegres melodías de La La Land nos transmiten optimismo y romance.
Un dato curioso sobre la música de cine
¿Sabías que la icónica partitura de 2001: Una odisea del espacio de Stanley Kubrick no fue la música original compuesta para la película? Kubrick contrató al compositor Alex North para escribir la banda sonora, pero después de escuchar la obra de Richard Strauss, Also sprach Zaratustra, decidió usar esa pieza (y otras composiciones clásicas). North no se enteró hasta que asistió al estreno de la película… ¡Ups!
Las bandas sonoras nos transportan a otros lugares y épocas, haciendo de los conciertos que las rememoran experiencias únicas. Auténticas veladas para el recuerdo como las que te esperan en los mejores escenarios de Barcelona con Candlelight, la famosa serie de tributos a la luz de las velas.