El Ajuntament de Barcelona ha aprobado provisionalmente aumentar al máximo permitido la tasa turística en una nueva medida que busca «trabajar» sobre la masificación turística en la ciudad aunque habrá que ver si este aumento reduce, realmente, la afluencia turística.
Así, la modificación de la Ordenanza Fiscal 2.2, que establece el recargo de la ciudad sobre el Impuesto de Estancias en Establecimientos Turísticos, incrementa hasta el máximo permitido de 4 euros la tasa, a la espera de la aprobación definitiva después del verano, esta medida ha contado con un amplio apoyo del Gobierno municipal, BEC, Trias per Barcelona y ERC, y con la oposición del PP y Vox.
El aumento del recargo de los actuales 3,25 euros a 4 euros por persona y noche en todas las categorías de establecimientos permitirá al Ayuntamiento incrementar en unos 20 millones de euros anuales la recaudación del recargo.
La intención, según el teniente de alcaldía de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo, Jordi Valls, es que estos recursos sirvan para financiar servicios públicos como la limpieza, la seguridad, el alumbrado y el transporte público, así como el Plan de Espacios de Gran Afluencia (EGA), que busca mejorar la convivencia entre residentes y turistas.
Jordi Valls ha planteado la posibilidad de ir más allá y solicitar a la Generalitat la eliminación del límite legal que restringe el recargo municipal. Valls ha lamentado que, a pesar del apoyo mayoritario recibido hoy, la propuesta no se aprobara cuando se presentó hace nueve meses, lo que ha supuesto una pérdida de tiempo valioso para la implementación de esta medida.
diendo de la fecha de aprobación final y publicación, el recargo con las nuevas tarifas se aplicará a partir del 1 de octubre de 2024 o el 1 de abril de 2025. Con este incremento, Barcelona alcanza el máximo legal permitido por la normativa de la Generalitat de Catalunya.