Las manifestaciones contra el turismo en Barcelona pueden estar trayendo el beneficio que esperaban sus organizadores. La «turismofobia» puede no afectar al crecimiento del sector de los cruceros, que, nunca mejor dicho, viento en popa con un crecimiento anual del 10%, pero que podría redirigir este crecimiento a otras ciudades que sean más receptivas con ellos.
Así lo afirmó Marie Caroline Laurent, directora en Europa de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) en una reciente visita a Madrid, donde explicó que la turismofobia es un problema en España y Francia, y que, por eso, los cruceros están comenzando a cambiar sus rutas hacia destinos más amables con los turistas.
En el mismo encuentro, Alfredo Serrano, director en España de CLIA, indicó que hay países como Arabia Saudí y otros del entorno que están realizando «inversiones millonarias» en potenciar su sector turístico y reciben a los turistas con los brazos abiertos.
Pero que nadie se relaje. La intención no es solo cambiar de país, sino, también, de ciudades done atracar dentro de los mismos países. Desde el CLIA afirman que la infraestructura está preparada y «solo hace falta que los responsables de la promoción turística del país ofrezcan a los extranjeros conocer otras ciudades atractivas» como La Coruña, Ferrol, Almería, Alicante, Cartagena o Cádiz.