
Barcelona es una ciudad abierta al turismo, a veces quizá demasiado. Pero cualquiera que conozca la ciudad sabe que los turistas ocupan unas zonas concretas, las saturadas por visitantes que consultan qué hacer y dónde ir en las mismas guías de siempre. Pero esta ciudad es mucho más que eso, por eso te proponemos esta lista de sitios secretos en Barcelona donde esconderte.
Ya sea por que quieres sorprender a tu pareja, o huir del bullicio, escapándote de la ciudad
Jardins de la Tamarita uno de los rincones de Barcelona más románticos
Para hablar de este oasis moderno bastaría con hacer referencia al lugar común, la obviedad de: “es para todos los públicos”. Está súper manido, pero no deja de ser cierto. Hombre, quien tenga la intención de hacer botellón o peting, casi mejor que lo haga en su casa.
A lo que vamos es a que, para un paseo, cualquier tipo de compañía -amorosa, amistosa, familiar- es la apropiada. Siendo que, además, hay mesas de pingpong y área de juegos infantiles.
Visita el Castillo de Castellcir antes de que sea tarde
Este castillo no ha impactado en la cultura popular como se merece, y a pesar de ser un Bien de Interés Cultural desde 1888, el estado en el que se encuentra es, como poco, precario.
El castillo está en ruinas. Está en un estado de degradación avanzado. Cualquier día se vence la piedra sobre la que está levantado y ya será tarde para arrepentirse.
Quien lo visita con frecuencia lo sabe. Y es que la visita al Castillo de la Popa es una de las rutas estrella de senderismo leve en la provincia de Barcelona. Leve, decimos, porque son como cuatro kilómetros y se sale del pueblo de Castellcir.
Plaça de Sant Felip Neri y su historia
Seguro que te has fijado en los agujeros de la fachada de la iglesia que da nombre a la plaza; seguro, también, que te has preguntado por qué las paredes no han sido restauradas. Unas marcas que figuran en la fachada como heridas o como cicatrices de un tiempo oscuro.
Oscuro tanto para Barcelona como para España, en general: para conocer el origen de los agujeros hay que retrotraerse a 1938, a los últimos compases de la Guerra Civil. Estos se deben a un bombardeo provocado por el bando franquista durante la contienda, en plena toma de Barcelona.
Si lo que buscas es intimidad… aquí tenemos una lista de lugares secretos a los que ir en pareja
No nos responsabilizamos del uso de estas instalaciones, ya que los lugares que incluimos en esta lista son un arma de doble filo porque su ambiente romántico e íntimo podría considerarse manipulación.
Si te quieres asegurar el sí, o simplemente quieres tener una cita original, no te pierdas estos lugares secretos en Barcelona para ir en pareja.
Refugios antiaéreos, los lugares más escondidos por motivos evidentes
Uno de los más conocidos es el de la Plaça del Diamant. Tal es el nivel de detalle y de conservación de este refugio que se pueden ver las marcas que dejaron en las paredes las velas con las que se iluminaban las personas que en él se cobijaban.
A muchos de estos búnkers se podía acceder desde túneles que estaban en medio de la calle. No obstante, también había unos pocos privilegiados que tenían la posibilidad de acceder desde el mismo bloque de pisos. Uno de los casos más llamativos es el de La Pedrera: tenía conexión directa con un refugio antiaéreo.
Carrer Petritxol, la calle más icónica
Es una de las calles más emblemáticas de Barcelona: reconocida por autóctonos y buscada por turistas. Y lo es, entre otras cosas, porque huele a chocolate.
Calle estrecha como el surco por el que corre el agua de un arroyo; calle de trazado sinuoso como una mamba negra; calle en la que, con extender los brazos, casi puedes tocar las paredes de un lado y de otro; calle que reúne la esencia de un barrio: el gótico.
Calle mítica por su historia, con un origen etimológico incierto, precursora de movimientos y querida por, como se dice popularmente, propios y extraños.
La otra y secreta Sagrada Familia
Habida cuenta de que no es posible viajar al futuro y habida cuenta también de que las reconstrucciones virtuales no satisfacen las inquietudes culturales de los más impacientes, te diremos que existe otra Sagrada Familia.
No, no una Sagrada Familia a escala 1:40 -que seguro que también-. Ni tampoco un templo de estética similar y mismas dimensiones en otro continente. No, existe otra Sagrada Familia a escasos minutos de coche de Barcelona.
El beso de la muerte
El beso de la muerte es la petrificación de la tristeza. De lo fúnebre. Es la historia de unas garras que se clavan en la carne joven desde hace casi un siglo. Un esqueleto alado que le da un beso en la frente a un hombre joven y guapo y si no fallecido, desfallecido.
Lo verdaderamente aterrador de El beso de la muerte no es la muerte en sí. Facilita las cosas, qué duda cabe. Pero lo aterrador es la dulzura. La posibilidad de que la muerte no sea traumática. La posibilidad de que la muerte no sea lo que es. Y de que no lo sea cuando le llega a una persona tan joven como lo es la retratada en la escultura. De que la muerte sea un socio, una figura arrepentida que se acerca piano piano, sin querer, de a poco, pidiendo perdón. Como un buen jefe al que desde arriba le obligan a despedir a un asalariado que trabaja bien.
El claustro de la parroquia de Santa Anna
La parroquia, que abre de 9 a 13 y de 18:30 a 20, es eso: una parroquia, pero el gran interés (o el punto en el que se focaliza todo mi interés) es el claustro. Un claustro que, como dice la cara de mi actor, es de inspiración gótica. No es que desmerezca el interior de la iglesia.
A saber, según este artículo del Nacional, aquí dentro se custodian obras de Pere Pruna, discípulo de Picasso. No desmerezco nada, digo, pero es que el claustro es, en palabras millennials (que es lo que soy), otro rollo.
El bosque con motivos eróticos, uno de los lugares más curiosos de Barcelona
Xicu Cabanyes, autor del bosque, creció en el campo y todo apuntaba a que en el campo iba a seguir viviendo. Pero mostró una destreza con el cuchillo y con la madera que estaba fuera de toda duda.
Cabanyes entró en una fábrica de muebles y a partir de ahí el resto es historia. Empezó a jugar con elementos y a distinguirse de sus coetáneos haciendo obras sin parangón: Cabanyes ya provocaba con sus esculturas eróticas durante el franquismo.
Restaurantes que probar al menos una vez en la vida
Las 100 películas que hay que ver antes de morir, los otros tantos discos y canciones que no puedes pasar por alto; las 75 cosas que tienes que hacer en Barcelona antes de morir o las 50 cosas que puedes hacer gratis.
Sí, sí, todo muy bien. Pero ¿nadie va a hablar de lo que nos mantiene con vida? La comida y la bebida tienen 50 templos en Barcelona que hay que visitar al menos una vez en la vida.
Pueblos con encanto a menos de dos horas de Barcelona
Barcelona te permite desconectar, pero a veces no hay nada como coger coche y mochila, pillar carretera y plantarse en el campo a respirar el aire fresco. O en la playa. Y si hablamos de un lugar con encanto, la experiencia mejora exponencialmente. Aquí tienes 16 alternativas de escapadas cerca de Barcelona.
Los patios más bonitos son los mejores lugares secretos en Barcelona para ir en pareja
La verdad es que desconectar en una gran ciudad es cada vez más difícil. No vamos a ser nosotros quienes lo neguemos, aunque siempre hay donde esconderse, por eso, los patios barceloneses son una opción perfecta de lugar secreto para ir en pareja a tomar unos vinos o tener una cita.
Pero tampoco hace falta coger el coche e irse al quinto pino para poder escapar del caos urbano. Se puede hacer incluso dentro de la propia Barcelona, por ejemplo, con estos patios increíbles.
Lo mejor de La Barceloneta
La Barceloneta es uno de esos barrios laboratorio, uno de esos sitios en la ciudad donde acaban confluyendo gente de aquí y de allí, de diferentes estratos sociales, con diversas formas de entender la vida, y eso a veces crea mezcolanzas maravillosas.
O quizá La Barceloneta ya era maravillosa antes de todo esto. Guiris y locales, migrantes y abuelos de toda la vida, bares castizos y locales de cerveza artesana. Todo tiene cabida en este barrio. Y por suerte, al menos de momento, ninguna parte fagocita a la otra.
He aquí nuestro pequeño homenaje a este increíble barrio. Ahí van nuestros favoritos de La Barceloneta.
Pásalo de miedo en estos lugares abandonados
Mal rollo, congoja, vello erizado y una constante sensación de inseguridad. Eso es lo que suelen inspirar los lugares abandonados. Los sentimientos se intensifican, más todavía, si antes fueron edificios con mucha vida o estructuras colosales.
Es normal que no sean pocos quienes intenten y quieran evitarlos. Pero si, igual que nosotros, no eres de esos, quizás te guste saber que en Barcelona también tenemos nuestros tesoritos en ruinas para visitar.
Observa Barcelona desde todo lo alto
Las maneras más obvias de conseguir unas vistas privilegiadas sobre la ciudad son subir a una montaña o coger un ascensor. En Barcelona hay parques con vistas y hoteles con terrazas elegantes y espectaculares donde disfrutar de un picnic o un cóctel con la mirada puesta en las azoteas de la ciudad.
Pero también hay miradores al uso, jardines elevados, montañas y montes, por eso, te dejamos aquí una lista de los mejores.
Encuentra las calas secretas cerca Barcelona
Si eres de los que se enamora del agua de la Barceloneta cuando está clara, no te imaginas lo que te queda por descubrir.
En este enlace puedes encontrar algunas de nuestras calas favoritas más cercanas, aunque la lista se queda corta.
La Barcelona del subsuelo: cloacas y alcantarillado
A pocos metros bajo tierra existe una ciudad laberíntica y desconocida: las alcantarillas de Barcelona, y sí, se pueden visitar. Barcelona tiene más de 1.700km de túneles de alcantarillado y todos los edificios de la ciudad están conectados a esta red.
A escasos metros de la terraza de un bar, en el cruce de Passeig Sant Joan con el Carrer València, se accede a las cloacas de la ciudad en una visita abierta a todo el público y que nosotros mismos hicimos para poder contarte con todo detalle en este artículo.
Jardines Ignacio Puig
Una de las mayores y mejores ironías del barri Gótic. Un jardín público que está dentro de un edificio privado y que solo es público ciertas horas del día. Este jardín romántico, restos de lo que fue el palacete de Ignacio Puig de 1861, está en un edificio protegido pero que es propiedad de un hotel, por lo que par acceder a el hay que atravesar la recepción del edificio turístico.
Lo mejor del mismo es que está en la calle Boqueria, a un paso de La Rambla, y es un pequeño oasis para aislarse del trajín de la zona. Solo hay que cruzar la calle, entrar y descansar (si los turistas del mismo hotel te dejan).