
Calle estrecha como el surco por el que corre el agua de un arroyo; calle de trazado sinuoso como una mamba negra; calle en la que, con extender los brazos, casi puedes tocar las paredes de un lado y de otro; calle que reúne la esencia de un barrio: el gótico. Calle mítica por su historia, con un origen etimológico incierto, precursora de movimientos y querida por, como se dice popularmente, propios y extraños.
Aquí las curiosidades que probablemente desconocías:
1. Vale, esto, más que una curiosidad es un dato de utilidad dudosa: mide 129 metros de largo y alrededor de 3 metros de ancho (medida que va variando en función del tramo en el que estés).
2. Se le conoce popularmente como la Calle del Chocolate porque en el Siglo XVII de manera casi espontánea empezaron a instalarse distintas chocolaterías. Y, a día de hoy, ahí siguen: de hecho, es el negocio más popular en su centenar de metros.
3. Al principio era una calle sin salida, pero en 1469 se derribó la casa que le impedía el paso a la Portaferrissa
4. Fue la primera calle íntegramente peatonal de Barcelona: en 1959 se eliminaron las aceras y se privó el acceso a los coches.
5. Discurre de forma paralela a las Ramblas.
6. En el número 4 de Petritxol vivió el escritor, poeta y dramaturgo Ángel Guimerá.
7. En el número 5 de esta calle, en la Sala Parés, Picasso expuso por primera vez su obra. El resultado, por cierto y como poco, dejó algo que desear.
8. La primera asociación de vecinos de Barcelona fue fundada en esta calle en 1947.
9. Hay tres teorías sobre su nombre. La primera remite a una familia que, presuntamente, vivía en ella. La segunda, a un poyal (o pedritxol) que interrumpía el paso de los carruajes. La tercera, que es una adulteración de portitxol: palabra equivalente a pórtico pequeño o portalet.
10. La primera constancia o referencia de su existencia data de 1292.