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En el número 41 de Paseo de Gràcia está uno de los edificios modernistas más espectaculares de Barcelona. Remodelado por el mítico Puig i Cadafalch, la Casa Amatller fue la residencia del industrial chocolatero Antoni Amatller, quien había aumentado su fortuna gracias a la introducción de las técnicas de producción industrial modernas en su empresa chocolatera familiar.
Y allí, en un entorno espectacular, se ofrece durante estos días una actividad única que viene como anillo al dedo en estos días de pandemia que parecen no acabar nunca. Se trata de una actividad que combina los beneficios de la meditación y el chocolate (sí, has leído bien), aprovechando los espectaculares interiores del edificio para transportarte a un lugar maravilloso sin moverte del sitio.
Lo que Casa Amatller propone en esta visita son una serie de ejercicios para «conocer y gestionar nuestras emociones, aprender a disfrutar de lo que nos rodea y potenciar nuestra capacidad de resiliencia» en estos días en los que la salud mental se ve tan amenazada. La actividad estará dirigida por la doctora Rosana Moyano, psicóloga de la salud, quien se encargará de guiar a los asistentes por una actividad que culminará con una degustación de chocolates Amatller.
Casa Amatller es una fusión de gótico, barroco y renacentista. Pero sobre todo, el edificio es (o fue) pura vanguardia. En una época en que las pautas arquitectónicas del Eixample optaban por fachadas sobrias y discretas, Puig i Cadafalch hizo despegar en el Eixample el modernismo catalán, convirtiéndose así en uno de los arquitectos más solicitados.
En su fachada se puede disfrutar de un recorrido por sus esculturas, relieves en las molduras de balcones y ventanas o azulejos que crean efectos cromáticos. Un espectáculo sensorial en pleno corazón de Barcelona.