
En algún momento, bajar al Borne era algo habitual: nada más común que comer en alguna de sus tascas o restaurantes para seguir tomando una copa por el passeig y, si la noche se alargaba, acabar en el Magic. La ciudad cambia y este barrio, muy dedicado ya al turismo, tiene bastante menos oferta gastronómica para el público local, pero ahora, los pocos locales icónicos quedan en el barrio se han unido para abrir una preciosa casa de tapeo.
Los locales históricos unidos son el Xampanyet, el Passadis de’n Pep y La Bodega la Puntual (al lado del Xampanyet), que pertenece al Grupo Varela (Casa Varela, Estupendu). Estos tres, junto al cocinero de este último grupo, Carlos Allué, han abierto Galante, un restaurante ubicado en una antigua y preciosa ferretería de principios de s.XX que ahora es una casa de tapas donde es imposible no pararse al pasar.
Por qué bajar al Borne a comer en Galante
Galante está en el local que por muchos años fue el Foro, un restaurante argentino, que ahora ha pasado a ser un restaurante de tapas donde el escaparate muestra conservas, latas y jamones como en algún momento debió mostrar tornillos y llaves inglesas para atraer a sus clientes.
Cuando nos paramos a salivar ante el escaparate, vemos una mesa central, donde se cocinan platos fríos en pleno comedor: ensaladilla rusa, embutidos cortados al momento, conservas que vienen de La Ribera (negocio centenario que pervive a pocos metros) o varios tipos de olivas. También una barra de ostras.
Uno puede sentarse a ser visto frente a los ventanales de madera o en los reservados, salas donde antes estuvieron las dependencias de la ferretería separadas por altos portones de vidrio y madera trabajada. Hasta esas mesas llegan los calientes. Albóndigas con capipota y dados de patatas fritas (un plato sabroso por 14€), la tortilla fea de bacalao (un clásico del grupo Varela), las croquetas de fricandó y los fideos de pluma ibérica.
La carta es una mezcla de todos los bares que forman los cuatro dueños fundadores: desde el tapeo ligero de la Puntual a platos catalanes clásicos de Varela. En general, comida y tapas catalanas que permiten tanto un tapeo sencillo como una cena con todo.
Para beber, vinos de Vila Viniteca, también del barrio. Todo para brindar mirando a los escaparates y hacer un viaje en el tiempo a dos Bornes, el de principios del s.XX, cuando se fundó el local y el barrio era el centro de la ciudad, y al de finales del mismo siglo, cuando el barrio todavía era un lugar a donde todos los barceloneses podían bajar a encontrar comida catalana de calidad.