‘Quien mucho abarca, poco aprieta‘ dijo alguien, alguna vez, en algún momento. Refiriéndose a que quien intenta conseguir muchas metas, al final, acaba no consiguiendo ninguna. Este dicho popular, que anticipa que el éxito reside en la especialización, es lo que muchos bares de tapas de Barcelona de los que vamos a hablar a continuación han seguido a rajatabla.
Ya sean bombas, croquetas, bravas o tortilla, sea cual sea la especialidad, nosotros hemos decidido compartir el secreto mejor guardado: dónde comer las 15 mejores tapas de Barcelona.
Las anchoas con su raspa frita, la especialidad del Jai-ca
De primeras, puedes esperarte un local turístico. Pero su historia y reputación en el barrio le precede alzándolo por encima de estereotipos para turistas.
El Bar Jai-ca es un templo de la tapa popular, sin pretensiones, en plena Barceloneta. Y es que un local así debía tener una tapa estrella por lo que los conocen en toda Barcelona: las anchoas del cantábrico con su raspa frita.
Un plato que hace bandera del dicho con el que comenzamos el artículo, ya que la mayoría de las veces, la sencillez de un plato es lo que lo convierte en algo verdaderamente icónico, pasando a ser una de las mejores tapas de Barcelona.
📍 Carrer de Ginebra, 13
El filete a la plancha con foie de El Vaso de Oro
El nombre tiene su gracia, porque orgullosos de su cerveza artesanal de elaboración propia, crearon un vaso especial y único para tirarla. Deliciosas cañas en vaso ‘pielsen’, y encima, congeladas.
Después de abrir boca con la bebida, te contamos sobre su comida: irresistible. No puedes, tienes, que probar la butifarra, las bravas… y su especialidad de la que todo el mundo habla en foros, el filete a la plancha con foie.
📍 Carrer de Balboa, 6
La bomba de La Cova Fumada
Uno de los bares más míticos de Barcelona. Una tasca de toda la vida que abrió en 1945 y que hoy destaca por mantener su autenticidad en una ciudad donde tantos otros tienden a la homogeneización.
La Cova Fumada (Carrer del Baluard, 56) sería una buena taberna en cualquier otro pueblo de Catalunya, o en cualquier barrio alejado del centro, pero en La Barceloneta un bar como este cumple una doble misión: satisfacer la voluntad de cazatesoros del turista y nutrir de unicidad, calidad, buenos precios y algo de nostalgia al autóctono.
Sus alcachofas, su ensaladilla, sus sardinas o su calamar encebollado son imprescindibles, pero si por algo se conoce popularmente a La Cova Fumada es por ostentar el título de haber inventado la bomba de La Barceloneta.
📍 Carrer del Baluard, 56
Los torreznos del Bar Gol
El Bar Gol es otro de nuestros preferidos de la ciudad. Esta tasca es, como ya la definimos anteriormente, es «una casa en el barrio de Sant Antoni». De este lugar destacamos los torreznos porque es fácil obsesionarse con ellos, pero se podría destacar cualquier cosa de su carta.
Que no te espante su aire castizo ni su nombre, tan ortodoxo. En Bar Gol se come bien y se siente uno mejor. Sus camareros son un encanto, como una familia. Buen rollo, buena comida y cerveza fresquita.
📍 Carrer del Parlament, 10
Las tapicas mañas de La Esquinica
Como es un bar mañico, todo lleva su -ico. Pataticas, pimienticos, o caracolicos. ¿Lo imprescindible? Pues su producto aragonés y navarro. En su carta podéis encontrar chistorra de Navarra, jamoncico de Teruel…
Además, te alejas un poco del centro, convirtiéndose en un bar más auténtico aún dónde huir del turismo. Pero ojo, esto no te promete que el sitio vaya a estar vacío, todo lo contrario. Tendrás que apretarte un poco, pero te prometemos que merece la pena.
📍 Passeig de Fabra i Puig, 296
Las alcachofas de Can Cargolet (y sus caracoles)
Un mítico de la cocina catalana de toda la vida. Can Cargolet es especialmente famoso por sus caracoles, desde los básicos hasta los caracoles con cigalas o con conejo. Pero sus alcachofas a la brasa, que se deshacen en la boca, son algo que tienes que probar.
📍 Carrer del Comte d’Urgell, 17
El capipota de Can Marlau
Can Marlau es el primer local propio de Ferran Soler, quien fue jefe de cocina de la Bodega 1900 de Albert Adrià. Solo sirven tapas y platos con productos de temporada excelentes, como su ensaladilla rusa o una ensalada de tomates con sardina ahumada y aceite de pistachos.
Sin embargo, es el plato de cuchara es lo que convierte a este bar en el paraíso de los rebañadores oficial. Su capipota, está hecha con judía blanca en lugar de garbanzos, técnica que aporta mantecosidad y que le ha conseguido un lugar de prestigio entre las mejores tapas de Barcelona.
📍Carrer de Paris, 161
Las bravas del Tomàs de Sarrià
Otro clasicazo que lleva años y años dando guerra. Edu, de @bravasbarcelona, nos habló mucho de él cuando hicimos la ruta por las mejores bravas de Barcelona.
Edu nos explicó que el Tomàs no estaba en el puesto número uno de su ránking porque se merecía un puesto por encima, el cero, la titularidad vitalicia de las mejores patatas bravas de la ciudad. Un buen all i oli y aceite picante por encima. Nada más
📍 Carrer Major de Sarrià, 49
Las mejores chapatas están el Quimet d’Horta
Bocatas, tortillas y licor. Esto es lo que llama la atención de este local de tapas típico en la Plaza de Eivissa abierto desde 1920.
Aunque por aquel entonces se llama el Bar del Loro (porque literalmente tenía un loro en la puerta y todos le conocían) ahora se ha convertido en un reputado bar donde tomarte tapas a montones, y entretenerte bicheando sus botellitas de licor (algunos han contado hasta 3000).
Solo por ver el local merece la pena ir, la fachada y las puertas de madera son originales (recuperadas en 2006 por petición del Ayuntamiento). Pero después de alucinar con el local tan bien conservado y tan de barrio, te quedarás a probar alguno de sus 37 tipos de tortillas, o sus entrepanes, que ocupan hasta tres hojas de su carta.
📍 Pl. d’Eivissa, 10
La ensaladilla rusa de Sant Antoni Gloriós
“Mandu”, chef del Sant Antoni Gloriós, fue finalista a cocinero del año, apareció en el New York Times y sigue en el barrio ofreciendo una carta de tapas a otro nivel. Mandu es un genio en muchos sentidos, pero sobre todo en la cocina. Ya os mostramos sus bravas, a todas luces unas de las mejores de Barcelona, pero ojo a su ensaladilla, con gran presencia de bonito, aceitunas y chalota.
Una tasca de tapeo toda la vida a simple vista que no explica todo lo que pasa en esa cocina. Además, también puedes pedir allí comida de Nomad Road, el restaurante de comida callejera asiática que inauguraron ellos mismos no hace mucho.
📍 Carrer de Manso, 42
El pescaíto frito del Bar La Plata
Que el Bar La Plata siga resistiendo pese (o gracias) a la avalancha turística de las calles donde se ubica es una sorpresa y una alegría. Un bar de tapas barcelonés cargado de encanto que enamora a locales, sorprendidos de que algo así pueda aún sobrevivir en el gótico, y a turistas, gozosos de toparse con una esquina tan exótica. En La Plata se puede (y se debe) pedir muchas cosas, pero sobre todo su pescaíto frito.
Los boquerones fritos son los reyes de la barra, pero también debes hacerle un hueco a su pincho de tortilla de butifarra y su ensalada de tomate.
📍 Carrer de la Mercè, 28
El pincho de tortilla del Bar El Pollo
Un bar de tapas de Barcelona de toda la vida renovado que, por alguna razón, se ha puesto muy de moda. Ubicado en la frontera entre el Raval y Sant Antoni, El Pollo cuenta con una oferta gastronómica actualizada en la que las tortillas son su principal seña de identidad.
La clásica ya está buenísima, pero también la tienen de bonito y de setas con trufa, que hacen de este sitio de tapas un templo a la tortilla original.
📍 Carrer del Tigre, 31
Las croquetas de Pollería Fontana
No se trata de una pollería (para pollos a l’ast, aquí); tampoco está en Fontana, sino en Gràcia.
Lo que si tienen en este restaurante de tapas son unas croquetas de pollo asado espectaculares, un homenaje (igual que el nombre del local) a los abuelos de su fundador, Nil Ros.
📍 Carrer de Sant Lluís, 9
Las conservas de Quimet & Quimet, las mejores tapas de Barcelona
Conseguir que una barra especializada en conservas tenga este exitazo es muy meritorio. Quimet&Quimet es parada obligada en Poble Sec.
Su pequeño local con las paredes recargadas de botellas tiene todo lo que un amante de la comida enlatada podría desear: desde los más básicos (boquerones, berberechos, mejillones) hasta sus montaditos, como los nísperos con anchoas o el de salmón, yogur y miel trufada.
📍 Carrer del Poeta Cabanyes, 25
Prueba los huevos fritos en Quim de la Boquería
Es cierto que no es un plato complicado. Cualquiera es digno de su abuela si ‘se sabe freír un huevo’. Pero tomarte unos huevos fritos en La Boquería (el templo a las tapas de Barcelona), acompañados de un roll de calamares con mayonesa de wasabi, es una recomendación que no esperabas encontrar en esta lista.
Quim Marqués se hizo hace unos años con su pequeño territorio en la Boquería, convirtiéndose en el poseedor de los taburetes más cotizados de la ciudad. A parte de unos huevos fritos, te recomendamos que te dejes sorprender por sus setas de temporada o las berenjenas.
📍 Mercado de La Boqueria, La Rambla, 91