Hay mil maneras de posicionarse en cuanto a los desayunos: dulce o salado, café o té, bocadillo o tostadas… Son muchas opciones, pero Barcelona hace rato que tomó partido: el desayuno por antonomasia de la ciudad es el croissant. La herencia de la bollería francesa ha calado con fuerza en la ciudad, y no hay duda de que lo más tradicional que uno puede desayunar en una terraza soleada por la mañana es un café amb llet con un buen cruasán recién hecho.
Da igual si es de mantequilla, con inspiración francesa, o de lardo, el tradicional de aquí, el caso es que Barcelona es la capital la media luna de la bollería, y hay muchas pastelerías que lo bordan.
Y como pasa en cualquier capital, aquí todo el mundo quiere ser el rey. En el centro neurálgico del croissant hay una fuerte competencia por ver quién se alza con el trono. No sabemos quién es el ganador, pero para ayudar a decidirlo aquí está esta lista, que reúne algunos de los mejores croissants de la ciudad de los croissants.
Brunells, croissants con 200 años de historia
La pastelería Brunells se ha ganado a prisa y corriendo un lugar en esta lista. En 2020, apenas unos meses después de su reapertura, ganaba el premio al mejor croissant de mantequilla de España. Su secreto está, por un lado, en que uno de los socios de la reapertura es Canals, pastelero de otra de las pastelerías ganadoras habituales del premio. Por otro lado, ese horno bicentenario, grande como una habitación, que lleva casi dos siglos en el mismo lugar. Brunells es una pastelería centenaria, y aunque ha reabierto ahora, su historia es la misma que la de la Barcelona. De la boca del horno salen unos croissants delicados y crujientes que parecen tener mil capas, una delicia que hace entender el porqué de su premio.
📍 Carrer Princesa, 22, el Born.
Pastelería Canal, croissants setenteros
Lo dicho, si la Brunells es heredera del croissant de Canal, Canal no podía faltar en esta lista. Con varias pastelerías situadas en la zona alta de la ciudad, esta pastelería nacida en los años 70 ha ganado el premio al Mejor croissant de mantequilla en 2016 y en 2019. Si siguen ganándolo cada tres años, este año les toca a ellos, así que hay que seguirlos con atención. Su cruasán, parecido al de Brunells (para algo son primos-hermanos), también es ligero, con un interior alveolado muy fino. Atención porque no es la única repostería que trabajan, así que prepárate para un desayuno abundante.
📍 Carrer de Calvet, 15, El Putxet
📍 Carrer de Muntaner, 566, Sant Gervasi
Forn Mistral, placer en formato mini
El Forn Mistral se ha ganado su fama a pulso. Curiosamente disimulado en la vorágine de la plaza Universidad, este horno cuyo escaparate más atractivo está en la puerta trasera, tiene uno de los placeres más pequeños y reconocidos por los que saben del dulce en la ciudad. El croissant mini, normal o de chocolate, es un vicio de bocado, un mordisco goloso del que uno compra pocos por mesura y acaba volviendo a comprar más al ver que se han acabado en pocos pasos. No es su único talento. El resto de croissants, elaborados con lardo y no con mantequilla, a la manera tradicional, están a la misma altura, y su pan de pagés ya ha ganado varios premios.
📍Ronda Sant Antoni, 96, Sant Antoni
📍Torres i Amat, 5, Raval
📍D’asturies, 35, Gràcia
Hoffman, croissants de alta cocina
No son los únicos croissants gastronómicos de la ciudad ni mucho menos, pero sin duda son unos de los más icónicos. Desde su pequeña tienda del Born despachan unos croissants que ya hace años que fascinan a propios y extraños con rellenos de fantasía que encuentran el equilibrio delicado entre un croissant crujiente que sustenta con talento relleno gochos y golosos. El de mascarpone es uno de sus buques insignia, pero el clásico de chocolate le sigue de cerca los pies. No es de extrañar en una pastelería que ha ganado los últimos dos premios a la mejor pastelería de la ciudad. Un lugar necesario para comprender el cruasanterismo de la ciudad.
📍 Carrer dels Flassaders, 44, el Born.
Sant Croi, by Albert Roca, croissants lejos del centro
El titular es literal y figurado. Los croissants de Albert Badia se alejan del centro de la ciudad, con una pastelería de lujo abierta en un lugar poco probable, en la frontera de L’Hospitalet. Pero además sus croissants de alejan de la ortodoxia, buscando siempre la innovación. No es extraño, en alguien que tiene el nombre del mejor pastelero del Bulli y el apellido del mejor del Celler de Can Roca. Casualidad banal, pero en todo caso, de sus manos surgen pasteles que son fantasía y croissants deliciosos que, atención, se pueden pedir a domicilio en packs de desayuno, para comer uno o regalar a otros. Sus croissants, atención, son premio al mejor croissant de mantequilla 2009 y 2018, así que ya tenemos plan para el desayuno de mañana.
📍 Carrer de Bassegoda, 56, La Bordeta.
Escribà, el rey en las calles reales
Escribà es la súperestrella de la pastelería catalana, el Ferran Adrià del dulce. Un hombre que ha llevado la pastelería a otro nivel, ya sea por sus creaciones gigantes y absurdas, por sus cruces con el mundo del arte o por sus participaciones televisivas. Con dos locales míticos en las mismas Ramblas y en la Gran Vía, despacha un croissant de mantequilla que fue de los primeros en introducir en Barcelona. Es una de sus piezas estrella. Si consigues encontrarlos sin perderte admirando los pasteles de fantasía que hay en sus mostradores o el trabajo del obrador abierto al público te llevas el premio de probar una delicia.
📍 La Rambla, 83, el Raval
📍 Gran Via de les Corts Catalanes, 546, Eixample Esquerra
El Prat-Can Carriel, de Roda de Ter, mejor cruasán del 2023
La decimosexta edición del premio al mejor cruasán de mantequilla recayó en 2023 en la pastelería pastelería Prat «Can Carriel» de Roda de Ter (Barcelona), la flamantes ganadores del ‘Mejor Croissant Artesano de Mantequilla de España 2023’. Es la segunda vez que esta pastelería gana el concurso después de ganar por primera vez en 2017.
Su croissant ha sido el más valorado entre la sesentena de inscritos. Los miembros del jurado han destacado especialmente su sabor y el alveolado de su interior, en un concurso donde el el jurado ha puntuado los croissants según los siguientes criterios: gusto (40 puntos), alveolado (15 puntos), hojado (15 puntos), color (10 puntos), formato (10 puntos) y acabado (10 puntos).