A principios de septiembre nos llegaba la noticia de que Mónica del Raval, una icónica exprostituta barcelonesa, había fallecido. Pero Mónica era más que eso, y es que fue, durante su vida, un ejemplo de lucha y valentía.
Hizo de su profesión una parte central de su identidad pública y, junto a su maquillaje y la corona que siempre llevaba en la cabeza, la acabaron por convertir en un icono pop de la Ciudad Condal.
Hoy, poco más de un mes después de su fallecimiento, su cuerpo descansa en un nicho de beneficencia, unos espacios en el cementerio que están bonificados y desde donde los restos suelen acabar en una fosa común.
Para evitar su olvido, una iniciativa ciudadana ha empezado una campaña de micromecenaje para poder dar a Mónica del Raval el espacio que se merece: un nicho permanente con una lápida con su imagen, así como inscripciones que reflejen su esencia.
El impulsor de este homenaje afirma que no quiere «que su espíritu vague entre los que ya no son recordados». Por eso, una vez finalizada la campaña, también se quiere celebrar un homenaje de despedida a esta figura icónica de un Raval cada vez más desaparecido a causa del turismo de masas y la gentrificación.
Aquí encontrarás toda la información de la campaña de micromecenaje para hacerle un entierro digno.