Seguramente uno de los encantos que hacen de Barcelona una ciudad singular es que conserva patrimonio medieval. Lo podemos ver en varias ubicaciones, especialmente en el centro de la ciudad. Pero lo que probablemente no sabías es que hay un hotel ubicado en el Barrio Gótico construido sobre una parte de la muralla romana de la antigua Barcino. Se llama Mercer Hotel Barcelona y es un 5*GL catalogado como Monumento en el que se respira historia, pero también elegancia, modernidad y armonía.
Ubicado en la calle Lledó, a escasos pasos de la Plaça Sant Jaume y la Catedral, podríamos decir que el Mercer Hotel Barcelona es una de esas pequeñas joyas arquitectónicas que conserva Barcelona. Una entre pocas, si tenemos en cuenta la antigüedad de sus muros. Históricamente, esa calle era una de las más señoriales y cotizadas en la Barcelona medieval, ya que estaba situada dentro del perímetro de la antigua muralla.
Conservando restos de diferentes periodos históricos (como arcos medievales o frescos del siglo XII), el Mercer Hotel Barcelona fue inaugurado en 2012 con un proyecto del arquitecto Rafael Moneo, premio Príncipe de Asturias de las Artes. Su propósito era claro: “mirar al futuro desde el respeto al pasado”. Y así es como hoy nos encontramos, paseando por el Barrio Gótico, con un hotel que llama la atención por su indiscutible belleza. Un lugar que congrega pasado y presente integrando perfectamente distintas épocas. Y donde, seguramente debido a eso, se respira una paz que es difícil encontrar en la ciudad condal.
Parte del secreto de esa armonía y serenidad se encuentra en que el Mercer Hotel Barcelona es un hotel boutique: cuenta con solo 28 habitaciones a pesar de encontrarnos en un gran edificio. El resultado son espacios amplios, como esa gran entrada protagonizada por un patio central con enredaderas. Ese es uno de los rincones en los que se puede disfrutar de la gastronomía del hotel.
Un proyecto gastronómico de Xavier Lahuerta
La oferta gastronómica del Mercer Hotel Barcelona está elaborada por el chef Xavier Lahuerta, discípulo de maestros como Xavier Pellicer, Santi Santamaria, Carles Gaig, Ferran Adrià y Carles Abellán. Desde 2019 capitanea el ámbito culinario en este hotel, donde el más importante de los espacios es el Mercer Restaurant. Ofrece una cocina basada en el alma mediterránea y con influencia francesa: platos refinados y equilibrados elaborados con productos de proximidad. O como dice Lahuerta: “propuestas naturales y saludables para que el comensal viva una experiencia emocional”.
La carta y el menú degustación son de temporada (primavera-verano y otoño-invierno). En ellos encontramos platos como la anguila ahumada con manzana golden, anís y salsifíes o el esqueixat con pil pil frío, velo de tomate, drop de aceituna verde y alioli de miel. Un esqueixat que se sale del concepto que tenemos en la cabeza cuando pensamos en ese plato.
También destacan el arroz de la Dehesa de la Albufera valenciana, que se sirve con gamba roja del Mediterráneo, o el solomillo de buey de León, que se cocina con la técnica de braseado en ceniza de puerro.
En cuanto a los postres, en Mercer Hotel Barcelona optan por propuestas saludables, con sabores puros, sin colorantes y con bajo contenido en azúcar, como la calabaza asada con bizcocho cinco especias y tejas de remolacha.
Por su buena gastronomía, su diseño refinado que congrega pasado y presente y su elegancia, el Mercer Hotel Barcelona es mucho más que un hotel. Es un espacio en el que turistas, pero también barceloneses, podemos disfrutar de un remanso de paz en mitad del bullicio del Barrio Gótico. Un lugar al que acudir para tomar un buen cóctel, una cena o simplemente una copa de vino mientras disfrutamos de su belleza y armonía. Un viaje a nuestro pasado que nos inspira para proyectarnos hacia nuestro futuro.