La obra de Antoni Gaudí es conocida por su rompedora estética, sus formas irregulares y su belleza. Sin embargo, hoy sabemos que también se caracterizó por ser sostenible. Así nos lo demostró en la construcción de la Cripta Gaudí, ubicada en la Colonia Güell. Nos adentramos en esta obra para descubrir todos los secretos que la convierten en un edificio singular del arquitecto modernista.
La Cripta Gaudí es la obra que sirvió de laboratorio de ensayo para la construccion de la Sagrada Familia. Así es como se convirtió en el taller de innovación arquitectónica más sorprendente del siglo XX; el lugar donde estalla la creatividad de Gaudí. Pero, ¿qué la hace tan diferente?
El uso de los materiales
El primer elemento que la convierte en una obra única son sus materiales de colores y texturas similares al suelo y a la vegetación. De hecho, se integra perfectamente en el pequeño bosque que la rodea.
Hablando de materiales, uno de los aspectos fundamentales es el uso de materiales reciclados. Gaudí lo hizo con una intención puramente estética: contribuyen a dar una textura tosca y un color terroso, como los de la montaña que envuelve el edificio.
Podemos encontrar materiales reciclados en el muro de la iglesia, donde Gaudí combina escorias procedentes de la forja con ladrillos requemados de hornos. En otras partes del edificio vemos baldosas que Gaudí compró a muy bajo coste y que colocó siguiendo la técnica del trencadís.
También hay fragmentos de copas y botellas de vidrio, que cubren el mosaico de cerámica de la entrada. Además, dentro de la iglesia, los bancos originales se construyeron con maderas y hierros procedentes de los embalajes de la maquinarina que llegaba a la fábrica de la Colonia Güell.
Una obra sostenible
Por todo ello, Gaudí construyó esta obra, que, sin él saberlo, sería todo un ejemplo de sostenibilidad. Casi un siglo después, en 2013, la Cripta Gaudí se convirtió en el primer edificio Patrimonio de la Humanidad en el mundo que consiguió la certificación Biosphere. Con ello, esta joya gaudiniana se alinea con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Más tarde, en el año 2018, la Cripta fue premiada como Mejor Destino de Turismo Cultural Sostenible por la Red Europea de Turismo Cultural.