El sábado tienes una cita ineludible en La Monumental (Gran Via de las Cortes Catalanas, 749).
Que las corridas de toros están prohibidas en Barcelona es una novedad y no sorprende a nadie salvo, quizás, a Gurb. Ahora bien, que no haya corridas de toros, no significa que las plazas hayan quedado inútiles, inutilizadas o provistas para la museificación. Eso sería absurdo. A fin de cuentas, una plaza de toros es un espacio peculiar por su forma y aprovechable -tauromaquia a un lado- por sus condiciones.
Y eso hace el Monumental Club: aprovecharse de las condiciones y de la forma del espacio. Utilizar el albero como pista de baile y como bar y como punto de encuentro y como lugar de ocio.
Y es que el Monumental Club es uno de los festivales más curiosos y divertidos que se pueden vivir en Barcelona -sin la intención de entrar en una competición absurda y condenada a la derrota con los mastodontes-.
Si el año pasado se postuló como promesa embrionaria para el ocio barcelonés, este año se ha consolidado como realidad y como plan estrella del finde. Y tú puedes comprar tu entrada en este link.
El Monumental Club es especial por muchas razones, ésta es una de ellas: ocurre durante el día. Es decir, respeta los ritmos circadianos. Y dura un día, para qué más: el sábado te lo pasas de miedo, te acuestas a una hora prudente y con una leve resaca, y el día del señor hace lo que tengas que hacer.
Otra de las características que definen y dotan de ese aura de poca ortodoxia al festival son las actividades dirigidas a los niños. Por la mañana y antes de que empiece lo gordo (lo gordo son actuaciones de Bearoid o de Cariño), habrá actividades para los más pequeños.