Toda la vida pensando que sabías lo que eran unos buenos spaghetti hasta que llegas a Spaghetti a la Guitarra
Hay una ley (escrita o no, da igual) sobre la ubicación de los restaurantes: cuanto más difícil de encontrar es, mejor es el restaurante. Ley con la que comulga al 100% Spaghetti a la Guitarra: es difícil o raro meterse a comer en este sitio “porque pasabas por delante”.
No porque el lector no haga sus andadas rutinarias por el Raval, ahí no me meto. La razón apunta, más bien, a que incluso conociendo la dirección es posible que pases de largo.
Spaghetti a la Guitarra lo tiene todo para ser una joya oculta, un diamante en bruto y un elemento susceptible de aparecer en nuestro medio.
Comida de calidad, precio inmejorable, tránsito bajo y ubicación alejada en el centro de la ciudad.
¿Y por qué la calidad de la pasta? La respuesta no responde exactamente a la pregunta, pero es algo que se ha de saber. En Spaghetti a la Guitarra hacen la pasta en tu mismísima cara. Delante de ti. En tus narices. Como si el cocinero fuera un itamae. Con la diferencia, claro, de que las pretensiones de quienes gestionan esto son tan sencillas como las siguiente: ofrecer la mejor pasta posible al mejor precio posible. Y, siendo sinceros ¿quién quiere más?
Spaghetti, bebida y postre por 6€ en este link