Poco se habla de los buenos restaurantes vegetarianos que tiene Barcelona. Aunque sin duda, para nosotros uno de los imprescindibles es The Green Spot, un restaurante a caballo entre el barrio del Born y el de la Barceloneta.
Sintetizando la esencia de The Green Spot, podríamos decir que conjuga prácticamente a la perfección maestría en los fuegos y alto sentido de la estética en su espacio. Te contamos por qué.
Las verduras como esencia
Su cocina está basada en las verduras; de hecho, excepto 2 o 3, todos los platos de la carta son veganos. Y cuando los probamos entendemos el lema que sigue este restaurante: “Veggie for veggies and veggie for non veggies”. Platos sabrosos que son un claro ejemplo de que la cocina vegana o vegetariana puede ser, además de saludable, juguetona. Para ello utilizan productos de temporada y recetas de diferentes partes del mundo. También un horno de leña que confiere esos sabores ahumados y característicos.
Destacan, por ejemplo, los chips de kale o la coliflor orgánica rebozada con salsa de tamarindo y menta. También, el tartar de remolacha con aguacate, pomelo y rábano picante; o las croquetas de berenjena, tomate seco y parmesano. Como platos principales, no podéis iros sin probar el risotto de 7 verdes y los tagliatelle de boniato con salsa de macadamia y trufa negra.
Para los amantes de la pizza saludable, cuentan con una generosa sección de la carta dedicada a este manjar. Por ejemplo, la pizza negra con calabaza de temporada, celeri, cebolla caramelizada, pistachos y queso de cabra ecológico. De postre, nos derretimos con la tarta de chocolate con helado de pistacho.
Un espectacular diseño interior
Además de destacar por la calidad de sus platos, The Green Spot lo hace por su diseño y estética. Con solo entrar, llama la atención la paleta de colores, las formas, el mobiliario, el uso de las lámparas, la luz. Cada detalle convive en armonía con el resto.
Ha sido diseñado por el arquitecto brasileño Isay Weinfeld. El resultado final es un espacio con acceso desde dos calles y protagonizado por un pequeño patio en el corazón del edificio. Está revestido de una exuberante vegetación y es visible desde cualquier punto del restaurante, proporcionándole abundante luz natural. También destaca la gran barra, que protagoniza buena parte del espacio. Allí se termina de emplatar y se ultiman detalles.
El mobiliario cuenta con colores neutros que conjugan con la madera de ciertas paredes y el tono crema de los techos abovedados. Aportan una singular esencia las lámparas, distintas en cada una de las mesas, y los pequeños detalles, como revistas de diseño y pequeños objetos que inspiran a todo aquel que habite el espacio.