El CEM de Mar Bella acogerá el mayor evento de yoga el 29 de septiembre
Cualquier disciplina artística, deportiva o del tipo que sea susceptible de ser llevada a la máxima expresión es susceptible también de ser disfrutable –y disfrutada– en comunidad. En comunidad y en eventos. En eventos que son bautizados como festivales.
Festivales, por ejemplo, de fútbol; son Mundiales o Eurocopas. Festivales, por ejemplo, de música, que se reparten por todo el territorio nacional a lo largo del verano. Festivales, también (sólo faltaba), de yoga. ¿Cuál?, te preguntarás con buen tino. Wanderlust 108, te responderemos nosotros con mejor tino aún.
Porque eso es el Wanderlust 108: un festival del yoga. Un evento disfrutable en comunidad. Una oportunidad de disfrutar una de las aficiones más sanas existen rodeada de frikis que lo disfruten tanto o más que tú. Un plan irrechazable, cuya entrada puedes comprar en este link.
La composición del Wanderlust 108, que llega por tercera vez a Barcelona, es la siguiente. Primero, una carrera -o caminata, ahí ya depende el estado físico de cada uno- que integra todo un triatlón de yoga. La carrera es de 5 kilómetros y empieza a las 9:30. Luego toca una clase de yoga de 90 minutos: la clase, por cierto, está dirigida por los mejores profesores nacionales e internacionales. Y para cerrar el triatlón: una meditación guiada.
Para entonces, nos habrán dado las 13:30 y, habida cuenta de las calorías gastadas, será tiempo de comer. Tiempo de comer y de disfrutar de los foodtrucks que, como buen festival, tiene el Wanderlust 108. Acabada la comida, es el turno de la música. Ritmos acústicos y música electrónica tendrán presencia para poner el broche de oro a un día inigualable.
Como festival que es, entonces, dura todo el día. Empieza a las 8:00 y acaba a las 18:30. Casi doce horas para alcanzar el objetivo base: que tu cuerpo se sienta mejor -con diversión mediante-.
Siguiendo con la idea del festival, dicho sea de paso, y como si el Wanderlust 108 fuera itinerante, cabría añadir que es un festival que ha triunfado ahí donde los fieles han hecho el saludo al sol. En Los Ángeles, en Londres, en Roma, en Yokohama o en Washington y, por supuesto, en Barcelona.