
Barcelona ha puesto en marcha una prueba piloto con inteligencia artificial para optimizar la circulación de los autobuses mediante el control automatizado de los carriles reservados y las paradas. Este proyecto es el resultado de un programa impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona en colaboración con Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y Fira de Barcelona dentro del programa Barcelona Innova Lab Mobility.
El sistema, desarrollado por la empresa estadounidense Hayden AI, se está probando en cuatro autobuses que operan en las líneas H12 (Besòs/Verneda – Gornal) y D20 (Pg. Marítim – Ernest Lluch). Consiste en un conjunto de cámaras instaladas en la parte frontal del vehículo que detectan automáticamente vehículos mal estacionados en los carriles bus y en las paradas.
Las cámaras del sistema registran imágenes y vídeos en tiempo real mientras el autobús circula por su ruta. La tecnología emplea inteligencia artificial para analizar la información y generar datos estadísticos sobre las infracciones detectadas.
Es importante destacar que el sistema no graba matrículas ni personas, y en esta fase piloto no se aplicarán sanciones a los conductores infractores. La prueba tendrá una duración de seis meses, tras los cuales se evaluará su posible implantación en toda la flota de TMB y su posible acción sancionadora.
Según Laia Bonet, primera teniente de alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona y presidenta de TMB, «los carriles bus están diseñados para ofrecer un transporte público eficiente y rápido, pero su uso indebido por parte de vehículos privados dificulta este objetivo». Con esta tecnología, se pretende identificar los puntos más problemáticos y mejorar la fluidez del transporte público.
Los vehículos mal estacionados en los carriles bus o en las paradas afectan la velocidad de los autobuses y pueden poner en peligro a los pasajeros, especialmente a aquellos con movilidad reducida, ya que dificultan el despliegue de rampas de acceso. Con este sistema, se busca recopilar información clave para futuras acciones que optimicen la movilidad urbana.
Este tipo de tecnología ya ha demostrado su efectividad en ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Washington DC, donde la implementación de cámaras en los autobuses ha permitido aumentar en un 5% la velocidad de los vehículos de transporte público y reducir en un 20% el número de colisiones en las rutas donde se ha aplicado.
Si la prueba en Barcelona arroja resultados positivos, el Ayuntamiento estudiará su incorporación definitiva, lo que podría incluir un sistema de sanciones para reforzar el cumplimiento de la normativa.