A finales de enero se llevaron el mítico avión del Parc d’Atraccions Tibidabo. Lo bajaron de la montaña, lo despiezaron y se lo llevaron parte por parte a una nave. Parece el más triste de los finales para una atracción con 87 años de historia, pero por suerte para los barceloneses solo es un punto y aparte. Calma, la avioneta no ha muerto, solo la están curando. Y es que después de tantísimos años en activo, ¿quién no se merecería un descanso?
El avión se lo está tomando en una nave de Castellbisbal en muy buena compañía, la del diseñador y arquitecto Daniel Freixes, responsable del plan director del Tibidabo y encargado de darle un toque nuevo pero respetando la tradición. Todavía falta un poco (como mes y medio) para que la reconstrucción del clásico alemán Rohrbach Ro VIII Roland vuelva a desplegar sus alas por el cielo de Collserola, pero ya se va notando el lavado de cara.
Nosotros ya lo echamos de menos. Hemos pasado horas y horas montados en él de pequeños y es una de nuestras atracciones favoritas de todo el parque. Se hace raro no verlo surcando el cielo de Barcelona.
Fuente: Artículo en El Periódico