Más de 20 toneladas de basura amontonada y expuesta en la Nova Icària en un espacio de 100 metros cuadrados.
«Como una cacharrería tras el paso de un elefante. Así es como, año tras año, quedan las playas de Barcelona tras la algarabía humana de San Juan. Pero este 2018 las cifras han sido escandalosas: 20 toneladas de residuos en la arena.
El desastre medioambiental que se deriva de la irresponsabilidad, de la dejadez y de la apatía es, a todas luces, intolerable. Y, al mismo tiempo, responsabilidad colectiva. La concienciación es un tema que nos atañe a todos».
Estos son los párrafos de los que nos servimos el año pasado para empezar un artículo que hablaba de un delfín hecho con los residuos de San Juan y que se exponía en la playa del Somorrostro. Este año, las líneas son reproducibles porque la situación es idéntica: 20 toneladas de basura recogidas por los operarios entre las 6:30 y las 9:10.
Y con la basura recogida, ¿qué? No hay playa para tantos delfines, podría parecer. Con la basura, este año, la decisión ha sido la siguiente: amontonarla y exponerla en la Nova Icària en un espacio de 100 metros cuadrados.
Del mismo modo que el año pasado, este año la acción tiene algo de museístico y es que todas las toneladas de basura han sido valladas con cuerdas y estacas a modo de obra de arte.
Fuente: El Mundo