
Caminando por la calle Muntaner, en pleno Eixample, es difícil no reparar en un edificio que destaca por su belleza. El edificio diseñado por Joan Ferrer Guardiola en 1929 forma parte del modernismo tardío, según muchas interpretaciones, aunque también presenta características del Art Déco entremezclado con un estilo muy personal.
En el diseño de Guardiola confluye una amplia amalgama de influencias fruto de su ávido espíritu viajero que le permitió conocer recursos artísticos como los elementos orientales que se reparten por la fachada del edificio. De ahí que sea conocida como la Casa China.
En cuanto a Guardiola, se trataba de un artista que rompía moldes dejándose guiar por sus propios gustos, apartándose de las tendencias de la época en Barcelona. Y eso a pesar de que fue alumno del mismísimo Gaudí. Toda una provocación que se le terminó por atragantar al público de principios del 30. Lo que está claro es que nunca ha dejado indiferente a nadie.