Si creciste en la Barcelona de los 90 quizás oíste en algún momento el término «casas baratas» como un lugar indeterminado de la periferia y cuyo nombre ya imponía. Si en cambio, esa era tu casa, sabes desde crío algo que los intelectuales de la arquitectura han tardado un siglo entero en descubrir: que esas casas tienen el mismo valor que iconos de Barcelona como La Pedrera o la Casa Batlló.
Así lo ha señalado ahora la red Iconic House, que ha incluido a las Casas Baratas del Bon Pastor en su prestigiosa lista de edificios, donde también se encuentran algunas de las joyas de Gaudí.
Iconic House es una organización que selecciona viviendas y estudios del siglo XX destacados por su valor arquitectónico y que funcionan como museos.
Con esta incorporación, las casas baratas del Bon Pastor se suman a la lista de 198 viviendas en todo el mundo que forman parte de esta red, entre las que ya figuran en Barcelona la Pedrera (Casa Milà), el piso visitable de la Casa Bloc y la Casa Moratiel. Este reconocimiento subraya la importancia histórica y arquitectónica de estas modestas viviendas construidas en 1929 como respuesta a la necesidad de alojamiento económico para las clases trabajadoras de la ciudad.
El museo de las casas baratas
El MUHBA Bon Pastor abrió sus puertas en marzo de 2023 con el objetivo de preservar y divulgar la historia de la vivienda en Barcelona a lo largo del siglo XX. Para ello, se rehabilitó una isla de estas emblemáticas casas baratas, musealizándolas para mostrar la evolución del barrio y las formas de vida de sus habitantes desde 1929 hasta 2017.
En el interior de las viviendas, los visitantes pueden recorrer una exposición que refleja la vida cotidiana de los residentes a lo largo de casi un siglo, con detalles arquitectónicos y objetos que transportan a diferentes épocas.
Las Casas Baratas fueron una solución habitacional creada para alojar a parte de la gran oleada de trabajadores del sur de España que vino a construir las instalaciones de la Exposición Universal de 1929. Durante mucho tiempo fueron estigmatizadas (el Bon Pastor era, en aquel entonces, un terreno muy alejado de las zonas más urbanizadas de Barcelona) a pesar de ser hogares con condiciones bastante aceptables comparadas con otras soluciones, como el barraquismo vertical que acogió a los vecinos de asentamientos como el Somorrostro, que se implantaron más adelante.
Ese estigma las llevó a estar fuera del panorama patrimonial de la ciudad, pero en los últimos años la reivindicación de la periferia las ha vuelto a poner en el mapa, y la precarización de las condiciones de la vivienda en la ciudad hacen ver esas casas, pequeñas casas bajas individuales con patio propio situadas en calles peatonales, como un pequeño lujo que muchos firmarían ahora mismo en la ciudad.