Han pasado casi cien años. La primera piedra de las Casas Baratas del Bon Pastor se puso en 1929, y Barcelona ha tenido que llegar hasta el 2023, casi un siglo, para recuperar la memoria de un barrio que se construyó para que nadie tuviera que verlo.
Construidas para acoger a miles de migrantes que venían a trabajar a Barcelona para la Exposición Universal, las Casas Baratas fueron un ejemplo durante décadas de una política habitacional común en ciertas épocas de la ciudad: La construcción de viviendas baratas y precarias en zonas alejadas del centro de la ciudad para acoger a migrantes con pocos recursos.
Después de muchas décadas en una esquina de la ciudad, este barrio ha recibido su homenaje con la inauguración del museo de Les Cases Barates del Bon Pastor, que recupera su memoria y la de sus vecinxs, rehabilitando 8 casas que se han museízado para explicar la vida en esta zona y la lucha por la vivienda en Barcelona.
¿Qué eran las Casas Baratas? La historia de un barrio construido para no ser visto
«Antes todo esto era campo». La frase, que hemos escuchado mil veces, se aplica perfectamente a un barrio que nació, literalmente, sobre los campos. En 1929 la Ley de Casas Baratas mandaba construir una promoción de viviendas en una zona agrícola afectada por los movimientos del río Besos que ni siquiera pertenecía a Barcelona.
Fueron 784 viviendas de una sola planta y unos 40 metros cuadrados. En una Barcelona que crecía rápidamente y pedía mano de obra para construir los edificios de la Exposición Universal de 1929, las casas nuevas del Bon Pastor se vendían o alquilaban a migrante con pocos recursos que llegaban de otros puntos de España o que provenían de otros barrios chabolistas de la ciudad.
El nombre de las Casas Baratas es obvio: se construyeron con prisa y materiales económicos, para dar respuesta rápida a los problemas de vivienda de la ciudad. No obstante, el barrio acabó acogiendo a cerca de 3000 personas. Y no fueron los únicos. Ls Casas Baratas de Can Peguera (Horta), Eduardo Aunós (en La Marina de Port) y Baró de Viver (a poca distancia del Bon Pastor, también a la orilla del río Besòs), son otros ejemplos de que esta forma de construir no fue una excepción en la ciudad.
Desde hace unos años la zona vive un proceso de reforma, en el que buena parte de las 750 Casas Baratas se han derribado para construir vivienda social que acoja con sustituya las viviendas de apenas 40 m2 que han ocupado esta esquina de la ciudad (ahora integrada en el distrito de Sant Adreu) durante casi un siglo.
El nuevo museo del barrio olvidado
El conjunto rehabilitado de las Casas Baratas del Bon Pastor está integrado por 16 viviendas, en la manzana situada entre las calles de Barnola, Tàrrega, Bellmunt y Claramunt. De estas casas se han museízado ocho: cuatro muestran la lucha por la vivienda en la ciudad y las otras cuatro, como se vivía en el barrio del Bon Pastor y la evolución de los interiores de las casas baratas entre 1929, el año en el que fueron edificadas, y en 2017.
Las otras ocho viviendas acogen el equipamiento de barrio y los espacios funcionales del museo. El proyecto incorpora la gestión comunitaria del espacio en estrecha colaboración con el MUHBA, el distrito y las entidades del barrio, especialmente la Asociación de vecinos y Vecinas del Bon Pastor y su vocalía de Memoria Histórica.