Esteve Lucerón (La Pobla de Segur, 1950- Barcelona 2022) el fotógrafo de los últimos olvidados de Barcelona, falleció anteayer a los 72 años. Su muerte llega con una exposición de su obra en curso, en el Archivo Fotográfico de la ciudad, donde se pueden ver las imágenes que tomó del que fue el último barrio de barracas de la ciudad, La Perona. Sus fotos son un testimonio de una ciudad olvidada que, aunque parece lejana, es muy reciente.
En La Perona, situada donde ahora está el parque de Sant Martí, llegaron a vivir 5000 personas hacinadas en barracas de autoconstrucción, buena parte de las cuales eran personas de etnia gitana. El barrio no paró de crecer en los años 80, acogiendo a personas desplazadas de otros barrios de barracas que iban desapareciendo conforme la ciudad se preparaba para los Juegos Olímpicos. La Perona, uno de los menos céntricos, fue el último que quedó en pie hasta su derribo a finales de los ochenta y la recolocación de sus habitantes en polígonos de bloques.
La forma que tuvo Lucerón de acercarse a este barrio, con una empatía fuera de lo común, le facilitó entrar hasta las mismas entrañas de una zona difícil y olvidada, y retratar la realidad del mismo como si formara parte de ella. Sus retratos de «la periferia de las periferias» son un ejemplo de fotografía social, y un recuerdo de que hay muchas Barcelonas fuera (o dentro) de las que suelen salir en la foto.