Hace un par de años abría Desiderátum, un centro con un sello puramente femenino y feminista situado en el número 3 de carrer Calders.
Desiderátum es una palabra latina que hace referencia a algo que es necesitado o querido. En este caso, las chicas que llevan el estudio lo tienen claro: un control total sobre su cuerpo y su vida. Así reza el lema que llevan por bandera, «My body. My choice» (Mi cuerpo, mi elección). Entendiendo el tatuaje como un símbolo de poder sobre tu propio cuerpo y tus decisiones, Desiderátum pretende enfocar así una liberación para sus clientes de cualquier tipo de atadura. Además, es encomiable el servicio que el estudio dedica a las mujeres que han sufrido violencia de género para convertir esas cicatrices en el inicio de algo nuevo.
Otro servicio que prestan es la reconstrucción del pezón así como micropigmentaciones capilares sencillas a personas que han sufrido cáncer de mama o pérdida de pelo a causa de la quimioterapia.
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La iniciativa busca, principalmente, dos cosas: uno, ayudar a las personas del colectivo LGBTI en su búsqueda de un lugar de confort lejos de los prejuicios machistas; dos, prestar un servicio a las víctimas de violencia de género y a personas con complejos o problemas derivados de su físico que pudieran sentirse incómodas en centros de tatuajes convencionales.
Foto de portada: Vice