En 2009 se anunció su reforma con la intención de que el público pudiera tener acceso a la riqueza de patrimonio que el edificio contiene en su interior. Hoy, según Tot Barcelona, el Ministerio de Política Territorial y Función Pública ha afirmado que el edificio volverá a ser lo que fue durante más de un siglo, sede de la Delegación del Gobierno de España en Cataluña.
El Palacio de la Aduana proyectado en 1790 y construido por el Conde Roncali, ministro, brigadier e ingeniero de Carlos IV. Durante 150 años fue sede del Gobierno Civil Español y, con la transición, acogió a los representantes del Gobierno en Cataluña. Hoy, continúa en la Avenida Marqués de Argentera esperando volver a ser algo más que un imponente y precioso edificio a punto de iniciar (y a tiempo de evitar) la decadencia.
La sede del poder político de España en Cataluña quedó abandonada en 2008 a causa de las graves deficiencias en su estructura y trasladada al Palau Montaner, que ya agogía a la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Sólo pudimos ver el deterioro de su fachada cuando, en junio de este año, se retiraron todos los andamios que la cubrían. Nada parecía haber mejorado a pesar de que supuestamente allí hubiera habido una obra.
No se sabemos para cuando, ya que aun quedan algunos pasos por delante que dar, pero sí que se espera que durante las próximas semanas se valide la obra ya en marcha, iniciada en 2018. Las que fueron prometidas en 2009 para arreglar el patio interior y la fachada, fueron meses después abandonadas sin más con la crisis del ladrillo. Promesa que se retoma en 2016 y que mantendrá la expectativa quieta, por saber si, tal y como asegura el Gobierno, el tesoro interior de este emblemático edificio ha estado protegido y, por tanto, sigue intacto.