Y lo ha hecho para concienciar sobre la realidad de los refugiados.
Que la empatía es un grado y que ésta tiene más fuerza o sentido cuando hay una experiencia vinculada al hecho a empatizar, es una realidad. De ahí que cuando la experiencia no sea posible agarren fuerza algunas formas de obtenerla virtualmente. Como la gamificación. Ésta (de vinculación etimológica con game, juego, en inglés) es una fórmula que mejora el nivel de conocimientos. En cualquier campo.
Pero en el de la medicina, en el de la generación de empatía con los enfermos o afectados por las circunstancias vividas previas a la migración, tiene mucho sentido.
Refugee Escape Room, así se llama, es un juego de pruebas orientado a la sensibilización de estudiantes y profesionales sanitarios. El juego se enmarca en la tendencia de juegos de cooperación como los Escape Room. Y sobre todo, qué duda cabe, en el del drama de personas que, por motivos ajenos a ellos, se ven obligados a abandonar su país.
La idea ha sido desarrollada por Nuria Serre (médico de la Unidad de Medicina Tropical y Salud Internacional de Vall d’Hebron-Drassanes) y Lloy Wyllie (profesora del máster de Salud Pública de la Western University London de Ontario). Serre ha dicho que «se ponen en la piel de las personas refugiadas, una aproximación al drama que supone un proceso migratorio a regañadientes».
Y lo hacen a partir de una distopía. De una historia digna de haber sido escrita por Ursula K. Le Guin. Año 2084: motivos medioambientales, bélicos y de superpoblación empujan a los habitantes de la Tierra a pedir asilo en Marte. Intentan salir de la sala grupos de 5 o 6 personas, que ocupan el rol de una familia y que tienen distintas edades y casuísticas personales. Dura una hora y media.
La iniciativa es totalmente elogiable y el único pero que se le puede añadir es que no sea accesible a todos los públicos. Sería interesante ver si, aunque fuese a través de la ficción, algunos grupos sociales o personas como Matteo Salvini, ministro del Interior italiano, son capaces de entender la dimensión del drama al que se enfrentan los refugiados.