
El municipio más pequeño del Baix Llobregat es también uno de los más densos, con 10.000 habitantes por km². Hablamos de Esplugues de Llobregat, el pueblo de Barcelona donde nacieron Lamine Yamal y Gerard Martín, dos de los jugadores que centrarán los focos este próximo fin de semana en la final de la Copa del Rey entre FC Barcelona y Real Madrid.
Con apenas una extensión de 4,6 km² se encuentra enclavado a las afueras de Barcelona, entre Cornellà de Llobregat, Sant Just Desvern, Sant Joan Despí y l’Hospitalet de Llobregat.
Can Clota, Can Vidalet, Centre, Ciutat Diagonal, El Gall, Finestrelles, La Mallola, La Miranda, La Plana y Montesa forman el entramado de barrios de este municipio que, pese a su tamaño, es uno de los 70 con mayor poder adquisitivo de toda España. La renta mediana es de 28.283 euros.
La presencia de centros internacionales como el Colegio Alemán de Barcelona y la American School of Barcelona ha traído durante las últimas década a familias de alto poder adquisitivo y residentes extranjeros. Esto, unido a su proximidad al Camp Nou y la ciudad deportiva de Sant Joan Despí del FC Barcelona, ha hecho que numerosos futbolistas del FC Barcelona residan en Esplugues actualmente.
Qué ver en Esplugues de Llobregat

Más allá del futbol, los atractivos turísticos de Esplugues son varios. Históricamente ha sido un centro destacado de producción cerámica en el área de Barcelona, con fábrica reconocidas como Pujol i Bausis («La Rajoleta»), que suministró cerámica a arquitectos como Gaudí y Domènech i Montaner. El Museu de Can Tinturé alberga una colección única de baldosas desde el siglo XIV al XIX.
Para los senderistas empedernidos, pertenece a la sierra de Collserola y cuenta con un mirador natural a 400 metros de altitud desde donde se puede observar todo el área metropolitana de Barcelona.
El origen de Esplugues de Llobregat

El nombre «Esplugues» proviene del latín Spelunca o Speluncae, que significa cueva o gruta, en referencia a la orografía del municipio, caracterizada por la presencia de torrentes y suelos calizos y arcillosos que facilitan la formación de cuevas. Hay vestigios de un poblado íbero en la cima de la montaña de Sant Pere Màrtir.
Durante la Edad Media, el municipio se organizaba en torno a masías y un núcleo poblacional cerca del castillo y un antiguo hostal.
Hoy en día, la extensión de Barcelona ha hecho que su economía vire hacia el sector servicios y esté directamente conectada con la acitivdad económica de la capital catalana desde los grandes procesos de urbanización de los años 50 y 60.