
Barcelona sigue dando pasos en el camino a eliminar todas las licencias de pisos turísticos en noviembre de 2028. Ahora, el Ayuntamiento se ha adherido a la Finestreta Única Digital d’Arrendaments (FUDA), una iniciativa del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana que busca mejorar la colaboración entre administraciones y optimizar la gestión de datos sobre viviendas de uso turístico o de corta duración.
Esta nueva normativa obliga a registrar todos los alojamientos turísticos en un Registro único de arrendamientos, que incluirá información detallada como la dirección exacta del inmueble, el enlace a su anuncio en plataformas digitales y estadísticas de su actividad.
Cómo funciona la Finestreta Única Digital d’Arrendaments

Las plataformas de alquiler turístico (como Airbnb, por ejemplo) deberán enviar mensualmente los datos de sus anuncios y verificar que cada vivienda dispone de un número de registro válido. Si detectan registros inválidos o suspendidos, estarán obligadas a retirar el anuncio en un plazo máximo de 48 horas.
Este sistema busca mejorar el trabajo conjunto entre administraciones públicas y plataformas digitales, y es un paso decisivo en la estrategia de Barcelona para recuperar viviendas para el uso residencial.
Esta herramienta permitirá centralizar toda la información sobre pisos de alquiler de corta estancia o turísticos para mejorar la transparencia.
Fin de las licencias turísticas en 2028
La adhesión a la FUDA llega en un contexto en el que Barcelona ya ha anunciado su intención de eliminar todas las licencias de pisos turísticos en noviembre de 2028. Esto afectará a los más de 10.000 alojamientos de uso turístico que existen actualmente en la ciudad, que deberán volver al mercado residencial una vez caduque su autorización.
Con esta medida, el consistorio pretende frenar la presión turística sobre los barrios, reducir la especulación inmobiliaria y garantizar el derecho a la vivienda en un mercado tensionado.