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Hace días que nadie pisa las modernas aulas de Learnlife, una escuela alternativa ubicada en el centro de Barcelona. Ningún estudiante ocupa los columpios, mesas compartidas y pufs tan característicos del espacio: todos permanecen en casa, siguiendo las directrices impuestas por el Gobierno ante la crisis del coronavirus. La vida escolar, no obstante, se abre paso y bulle ahora en el plano virtual.
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Los centros educativos españoles están cerrados y los niños, en cuarentena. A cada institución se le ha encomendado la tarea de implantar la educación a distancia pese a que la mayoría no cuenta con el asesoramiento, los recursos ni la preparación necesarios para afrontar una digitalización repentina y a contrarreloj.
Pero Learnlife, amparada en un método educativo único, lo ha logrado en solo 24 horas. Y está ayudando a otros colegios a completar su transición digital.
Los estudiantes continúan su formación abierta, tecnológica y personalizada, desde sus hogares y con la ayuda del cuerpo docente, demostrando que el aprendizaje aún es posible pese al coronavirus. ¿Estará en esta historia la base de un nuevo paradigma de educación digital extrapolable a todos los colegios e institutos de España?
Digitalización escolar en 24 horas
Esta escuela barcelonesa se desvía de los principios tradicionales del sistema educativo. No hay profesorado tal y como lo conocemos, sino un equipo de learning guides (guías de aprendizaje) que acompaña a los alumnos (learners o aprendices) a lo largo de su formación, adaptada a cada estudiante y enfocada a las aplicaciones prácticas de la vida real.
La filosofía de Learnlife despeja buena parte de la incógnita que abre este artículo: la tecnología forma parte del día a día escolar, lo que sin duda ha acelerado la digitalización express del centro.
Christopher Pommerening, uno de los fundadores de Learnlife, señala que en su escuela «lo digital no es otra asignatura», sino un elemento transversal que atraviesa toda la formación. «El camino al aprendizaje personal y la creatividad están en el centro, y luego se utilizan las herramientas necesarias para llegar al máximo output posible», reflexiona.
Google Drive, Zoom y Monday son herramientas tan comunes como los cuadernos, los bolígrafos y los lápices. Durante el confinamiento, los learners darán sus primeros pasos con Wix para diseñar un portafolio de actividades que plasme su trabajo en casa.
«Nosotros ya vimos que el Gobierno iba a tomar esta decisión y no quisimos esperar a mudarnos a la esfera online«, cuenta Guillermo Villena, uno de los learning guides de Learnlife. El docente explica que la transición a la educación digital se planificó un martes y se puso en marcha el miércoles. El Gobierno ordenó el cierre de colegios e institutos dos días más tarde.
Villena afirma que el fomento del autoaprendizaje, otro pilar sobre el que se sostiene Learnlife, ha facilitado la rápida asimilación de la escuela virtual por parte de los estudiantes, que ya están habituados a aprender de forma independiente con la mínima intervención de los learning guides.
En tiempos de cuarentena, el videochat ha sustituido a los grupos de trabajo y el aprendizaje personal se desarrolla como siempre. La rutina diaria no ha cambiado tanto, pero Pommerening aclara que todavía se están adaptando a la situación. «En el ADN del proyecto está preguntar a los aprendices qué funciona y qué no«, un modo de proceder que asegura estar aplicando también durante el aislamiento.
Ayuda a otras escuelas
En vista del éxito alcanzado en la digitalización total, el equipo de Learnlife ha decidido compartir su experiencia con otros centros y ayudarlos en su conversión a escuelas digitales.
Villena opina que los escollos del sistema educativo clásico, tales como la burocracia o la imposición de un currículum estricto, obstaculizan esta transformación. «Especialmente cuando el enfoque es que el profesor es el transmisor de contenidos y los alumnos son los receptores», apostilla el learning guide.
Replicar el modelo de Learnlife, sin embargo, es una cuestión menos técnica de lo que parece a primera vista. Pommerening reconoce que el método no se puede introducir así como así en el sistema estandarizado, aunque la escuela alternativa ha condensado sus preceptos básicos para que cualquier centro adopte el teleaprendizaje.
Esta guía básica detalla los pasos para montar un espacio de aprendizaje en la casa de cada estudiante y amplía el espectro de medios digitales para trascender los típicos emails con documentos adjuntos que estos días reemplazan a la pizarra, las tizas y los pupitres.
Una escuela sin asignaturas ni exámenes
Learnlife nació cuando sus fundadores detectaron una gran brecha entre la educación y el mundo en el que vivimos que los llevó a redefinir el concepto de aprendizaje y a reinventar los procesos para cultivarlo.
El proyecto es la excepción a toda norma educativa. Desde su sede en Barcelona, la escuela desafía al sistema mediante un modelo propio diseñado para amoldarse a las pasiones e intereses de cada uno de sus learners.
Por eso no hay exámenes, deberes, profesores ni temarios predefinidos. El objetivo es que los jóvenes recorran el camino hacia su ikigai, su propósito en la vida, orientados por unos mentores que actúan como guías durante su descubrimiento del mundo y de uno mismo.
El coronavirus podría dejar una huella positiva en la educación española. Para el fundador de Learnlife hoy tenemos una gran oportunidad de superar el antiguo paradigma educativo que este emprendedor considera obsoleto.
Quizás, una vez superado el trauma de la pandemia, las instituciones educativas del país podrían beneficiarse del ejemplo de esta escuela catalana que ha adaptado su propio método al mundo virtual. Ya volverán los learners a ocupar los columpios, los pufs y las mesas compartidas cuando todo pase.
Fotos: Learnlife