En Villarroel, 22, existe desde hace unos años Pappa Sven, el restaurante que hace las delicias de los amantes de la comida nórdica.
Es difícil empezar a hablar de un restaurante cuya principal y única inspiración es la gastronomía sueca sin mencionar la referencia que el grueso de la población tenemos de este tipo de gastronomía. Hablamos, claro, de Ikea. Y hablamos, como primer contrapunto, de Pappa Sven.
Nos servimos de esta idea para establecer una comparación: la diferencia entre las albóndigas y el salmón de esta gran superficie y la comida de Pappa Sven es equivalente a la que existe entre la pizza del Domino’s y la de un restaurante en el Trastevere.
Nada que ver.
No me gustaría morirme, igual que el toro de las pipas, sin haber probado el estofado de reno con setas, frutos rojos y puré de patata. O dicho de otro modo: este plato debería estar en todas las listas de cosas que hacer en Barcelona, e incluso en cosas que hacer antes de morir.
Aunque suene estrafalario. Reno, sí. Y también salmón, bacalao, arenque, alce.
La propietaria de Pappa Sven es Nina Olsson (su nombre no llama a equívocos: es sueca) y traslada o importa toda la tradición culinaria sueca a un rincón de San Antoni. Hasta el más mínimo detalle: a finales de agosto y durante septiembre se celebra la kräftskiva, una fiesta que los suecos dedican a la degustación de cangrejos.
Igualmente, si lo que buscas es mucho por poco, en Pappa Sven mantienen su ya clásico buffet libre: una joyita. De primero toda la pasta, ensaladas, patatas, ahumados y demás tipos de entrantes que puedas comer. Y tienes varias opciones de precio en función de tu apetito. Completo, 16€; buffet de primeros, 8’50€; el segundo, 8’50€; y el postre 3€.
El precio del buffet completo ha subido creo que dos euros, pero igualmente merece la pena. Y la merece porque Pappa Sven debería ser visita obligada en Barcelona.