3,3 millones de turistas visitan anualmente la Sagrada Familia. O, lo que es lo mismo, 10.000 visitantes al día que inundan el barrio de la Sagrada Familia y tienen que llegar de alguna manera al monumento. Algunos lo hacen andando o en transporte público (solo hace falta ver la masificación de la parada de metro del monumento), pero hay muchos que llegan en otro transporte que ya se ha convertido en otro de los problemas del turismo masivo en la ciudad: los autobuses turísticos.
70.000 autocares, unos 20 por día, recorren la ciudad cada año, la mayoría de ellos turísticos. Su circulación y, sobre todo, sus paradas para cargar, descargar y esperar a turistas se han convertido en una pequeña pesadilla para los vecinos de la Sagrada Familia, hasta el punto de que la semana pasada se manifestaron para encontrar una solución al problema de tener miles de «vecinos» nuevos cada día delante de sus casas.
Se quejan del constante tráfico de personas, y del ruido y las molestias que provocan las paradas de los autocares frente a las casas, ya que suelen mantener los motores encendidos durante sus paradas para operar el aire acondicionado o la calefacción, a pesar de que esto infringe las normativas. Eso, sumado a la contaminación, impide a los vecinos algo tan simple como abrir las ventanas de sus casas.
La llegada constante de autobuses desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche ha llevado a las asociaciones vecinales a proponer alternativas al Ayuntamiento. Entre las sugerencias se encuentra la creación de un aparcamiento para autobuses en un interior del Eixample o que los vehículos aparquen en Diagonal Mar, permitiendo que los turistas lleguen a la Sagrada Família mediante transporte público. Aunque el Ayuntamiento ha prometido estudiar estas opciones, no se ha comprometido a implementarlas.
Mientras tanto, se ha propuesto aumentar el costo diario del estacionamiento para autobuses de 20 a 80 euros, lo que incrementaría los ingresos municipales de 1 a 4 millones de euros anuales. Sin embargo, los vecinos siguen esperando una solución que alivie su situación diaria y preserve su calidad de vida.