Siempre he querido ser una superheroína. Cuando era pequeña, mi fiesta favorita del cole era el Carnaval. Mientras mis amiguitas se disfrazaban de Cenicienta, Aurora o Blancanieves, yo me ocultaba tras una máscara de Spiderman o me ponía el abrigo a modo de capa para emular a Superman.
Luego crecí…y los disfraces se volvieron más elaborados. Qué queréis que os diga, tengo un poco síndrome de Peter Pan. Lo malo es que por muy elaborado que esté el disfraz, nunca tendré lo que caracteriza a un buen superhéroe, sus superpoderes…O eso creía hasta que descubrí que, a base de vivir en Barcelona, los había desarrollado. No necesité una araña radiactiva, venir de un planeta lejano o ser fruto de un experimento fallido, solamente vivir aquí. Estas son las habilidades especiales que todo buen superhéroe barcelonés ha de desarrolllar ¿Las tienes?
1. Supercomunicación: cambiar del catalán al castellano y viceversa es un proceso tan natural como el parpadear. Puedes pensar en una lengua y hablar con tu amigo en otra sin problema.
2. Supervelocidad o el arte de correr más rápido que Flash para alcanzar el tren y subirte en el último segundo cual Indiana Jones.
3. Superagilidad: complementa al anterior pero este lo desarrollas sobre todo a la hora de esquivar guiris por las Ramblas o llevar las cervezas a esos amigos que tan amablemente han permanecido en sus sillas en vez de ayudarte.
4. No sé qué nombre darle a la habilidad de adelantar señoras y turistas embobados que ocupan la acera pero merece una mención especial.
5. Superahorro: no, no es la nueva campaña del Condis. Ser Millennial becario en la ciudad condal no es fácil a no ser que sepas dónde está cada oferta: desde comprar los cereales marca Alteza hasta los bares en los que la tapa es gratuita. La pela es la pela.
6. Superpostureo: Barcelona es de las ciudades más populares en Instagram por lo que es un nido de bigotes, gafas y bicis antiguas. Aquí todos tienen su etiqueta, hasta si vas con una camiseta vaquera y vaqueros (eso, por cierto, lo llaman normcore).
7. Superimaginación: aquí los edificios no son al uso, desde luego. Los más psicodélicos y coloridos de toda Europa. A base de pasar por delante de ellos todos los días, terminas por ver el mundo con las mismas gafas con las que lo veía Gaudí.
8. Superpulso: va por vosotras, las capaces de pintaros las uñas y los labios sin saliros mientras vais en el tren. No me incluyo en este colectivo porque la última vez que lo intenté parecía el Joker en El Caballero Oscuro.
9. Superestómago: lo que lees. Mucho hay que entrenarle para que sobreviva a la mezcla del gintonic o vermut en exceso y las samosas que te desayunas de vuelta a casa.
10. Superpredicción: el tiempo te ha dado la oportunidad de adelantarte a los eventos futuros; como cuándo va a haber una tormenta de las gordas, oler los timos a kilómetros de distancia o cuánto falta para que pase el próximo vendedor de pareos en la playa.