El Parc Güell, la Pedrera, la Casa Vicens, la Sagrada Familia o Casa Batlló. Si te hacen referencia a cualquiera de ellas tu cabeza se va sin remedio a Gaudí. Sí, Cataluña y especialmente Barcelona tienen la suerte de estar pobladas por las maravillas del arquitecto. Pero el genio también dejó su huella fuera de nuestras fronteras. Estas son cuatro obras que Gaudí realizó más allá de los peajes.
1. El Capricho (Comillas)
Su verdadero nombre es Villa Quijano, debido a que lo encargó un tal Máximo Díaz de Quijano, un indiano. ¿Que qué es eso? Pues todo aquel que hacía las Américas para volver bañado en oro. Gaudí ya había dejado su marca antes en Comillas, primero como ayudante de Joan Martorell en el Palacio de Sobrellano y luego diseñando un quiosco con motivo de la visita de Alfonso XII. Pero sin duda su obra estrella en el pueblo cántabro es El Capricho, inspirado en el arte oriental.
Desde su construcción, El Capricho ha pasado de mano en mano y ha sido un poco de todo. Empezó siendo un chalet usado como residencia de verano, luego un edificio abandonado tras la Guerra Civil, restaurante y por último y desde 2010, museo.
2. Palacio Episcopal de Astorga (León)
La vida de este edificio comenzó cuando su antecesor fue reducido a cenizas el 23 de diciembre de 1886. Como el obispo conocía a Gaudí y la ciudad no tenía tampoco muchos arquitectos, el genio catalán recibió el encargo de resucitar el edificio cual ave fénix. Todos sabemos que Gaudí estaba metido en todos los saraos de la construcción vanguardista de la época, así que no tenía mucho tiempo para darse viajecitos a Astorga. Tiró de dibujos y fotos de la época (que no eran precisamente en HD) y se las apañó para diseñar el palacio a distancia. El obispo quedó encantado con el proyecto y apenas se le hicieron un par de retoques.
3. Casa Botines (León)
Conocida también como casa Fernández y Andrés, fue construida entre 1891 y 1894 y actualmente es la sede de Caja España. Su nombre popular lo tomó prestado de Joan Homs i Botinàs, el comerciante que fundó la sociedad mercantil que acogería el edificio. La empresa se dedicaba principalmente a la banca pero también al negocio de los tejidos. Los contactos con Eusebi Güell a raíz de la compra de estos últimos hicieron de puente para contactar con Gaudí.
4. La Seu (Palma de Mallorca)
Entre las muchas reformas que le ha tocado a la Catedral de Santa María de Palma de Mallorca fue la que el obispo Pere Joan Campins i Barceló encargó a Gaudí en 1902 la que nos interesa. Un terremoto se había cargado buena parte de la fachada y el interior necesitaba también mejoras. Sin embargo, tras discutir con el contratista Gaudí abandonó el barco antes de que se empezara a trabajar la fachada. Fue en el interior donde el arquitecto catalán derrochó todo su talento, reordenando totalmente el espacio para hacerlo más luminoso sin tener en cuenta las críticas.