Cuando los tópicos llegan al surrealismo. Toca hablar de 8 Apellidos Catalanes.
Ayer vi 8 Apellidos catalanes. Un poco tarde, la verdad, pero entre el auténtico pavor que tenía a verla y que era más difícil encontrar un hueco en una sala de cine donde la proyectasen que ponerle un tapón a Pau Gasol la cosa se fue alargando. Y así hasta ayer, que estaba tranquilamente en mi cama dando una vuelta por Netflix y, echándole mucho valor, le di al play.
Lo que vi a continuación era peor de lo que esperaba: una exageración desmedida de nuestras costumbres, formas de ser y apariencia. Que sí, que hay que tener sentido del humor y saber reírse de uno mismo. Pero una vez, dos veces, tres veces… cuando son cuarenta con el mismo chiste, pues ya cansa. Nosotros sabemos que los guionistas lo hicieron por sacarle todo el jugo cómico posible, pero queríamos hacer aquí una breve guía para que quede clara una cosa: los catalanes no somos así (al menos, la mayoría).
1. Ya basta. ¡Los catalanes no somos unos «agarraos»! ¿Que nos gusta lo gratis? ¿Y a quién no? Anda que tardamos en ir a catar cuando no hay que abrir la cartera seamos de Barcelona, de Soria o de Timbuktu.
2. Otra idea que se puede dar es la de una Catalunya muy tradicional y recelosa de lo que viene de fuera, principalmente con el personaje de la yaya interpretada por Rosa Maria Sardà. Y a ver, que querer mucho a la tierra lo hacemos, eso es innegable. Que hasta cierto punto pensemos que no hay nada mejor que Catalunya, también es normal, ¿no? Como en casa en ningún sitio. Pero eso de que nos ponemos a ladrarle a los foráneos… con la de gente de todas partes que tenemos entre nuestras amistades.
3. Otra impresión que puedes tener viendo la película es que estamos todo el rato comiendo calçots o haciendo castellers. En definitiva, que las fiestas populares son como desayunar en Catalunya. Así que vamos a dar una clase rápida de catalanidad: los calçots se toman en temporada y no todas las fiestas mayores tienen castellers. La película ha hecho un poti poti curioso y todavía estamos intentando averiguar por qué.
4. ¿Y esa obsesión por el Barça? El apellido de Messi, la Plaza de Pep Guardiola, la camiseta del equipo…. ¿Acaso ahora toda Catalunya es culé? Lo mismo soy yo que estoy un poco ciego, pero referencias a los pericos no he visto. ¿Y qué hay del Girona? Eso por nombrar solo a los de primera división.
5. Hay una parte de la película en la que el personaje de Dani Rovira insinúa que los catalanes no tenemos «ni puta gracia». Podríamos soltar mil argumentos, pero solo vamos a dar nombres: Berto, Eugenio, Buenafuente, Silvia Abril, Dani Mateo, Yolanda Ramos, Ángel Martín, Eva Cabezas, Pepe Rubianes, José Corbacho, etc… ¿Hace falta que sigamos?
6. O que somos unos modernos de tomo y lomo que «nos ponemos lo primero que encontremos, combine o no». Sí, hipsters tenemos muchos. Puede que hasta seamos la ciudad hipster por excelencia. ¿Pero acaso no hay en Malasaña? Son los tiempos que corren, y de eso no se nos puede echar la culpa. Ah. Y otra cosa, ¿algún problema con que nos guste lo vintage y las gafas de pasta?
7. Y hablando de hipsters, no podemos dejar de hablar del postureo personificado en la película en el personaje de Berto. Que si selfie por aquí, que si selfie por allá. Y, por supuesto, Instagram como medio de vida. En definitiva, quererse mucho a uno mismo. Pero tranquilo, cuando visites Barcelona no vas a estar viendo espejos por todas partes, que en general con vernos la cara por la mañana tenemos más que suficiente.
8. ¿Y esa obsesión por las palabras en inglés? Vale que seamos políglotas de nacimiento, pero tampoco vamos huyendo del idioma cada vez que podemos y aunque no venga a cuento. It’s enough!
Foto: Fotograma de 8 Apellidos Catalanes