Adrian Marth fue el ganador de la última edición del Local Sounds y hemos querido hablar con él.
¿Cómo fue el Local Sounds?
Fue una maravilla, de los mejores conciertos que he hecho. Vino mucha gente, yo toqué a última hora y estaba muy lleno. Me gustó mucho la respuesta del público y también haberlo ganado. Fue una sorpresa porque los otros lo habían hecho muy bien.
Para ayudar el día de mañana a quien tenga que escribir tu perfil de Wikipedia, ¿de dónde viene Adrian Marth?
Adrian Marth viene de que yo me llamaba Adrian Mart, pero había un DJ de Madrid que ya se llamaba así y que hacía un rollo que no va conmigo. Entonces dije que tenía que cambiarme el nombre. Y un amigo mío usaba “Marth” como nick de gamer y como sonaba bastante internacional…
Está bien, aunque hay gente que no sabe decir tu nombre, que preguntan ¿Marth o Marz?
Me gusta lo de Adrian Marth porque yo hago música de los 80’: italodisco. Y es una música que muchos artistas usaban nombre inventados. Y yo quería tener un nombre personal porque hago una música diferente de lo que hoy en día se escucha en los clubs.
¿Qué significa Barcelona para ti?
Barcelona para mí es una puerta y un escaparate bastante grande en cuanto a música alternativa. Barcelona tiene una escena de música muy grande: tanto como en techno (en discotecas como Razzmatazz o Apolo). Yo salgo a escuchar buena electrónica que es lo que me gusta. Y Barcelona no tiene nada que envidiar a ciudades como Berlín o Nueva York.
Además, en la ciudad se ha hecho una mejora en cuanto a lo que es traer artistas bastantes internacionales como gente de Boiler Rooms. Se está apostando por pagar los budgets altos porque hay gente que quiere ver a buenos artistas. Y por eso los festivales ya son tan grandes y tienen esa envergadura de ser ya internacionales como Sónar o Primavera Sound.
Si te dan a elegir entre Primavera o Sónar, ¿con cuál te quedas?
Pues… me gustaría tocar en el Sónar, para mí sería un sueño poder tocar en uno de los mejores festivales de España.
Otro festival que me gustaría mucho (al ser música instrumental, la gente se fija mucho en los visuales que llevo) es el Mira Festival.
Y en el Primavera Sound me gustaría también, pero tira más a lo indie.
Si te dieran a elegir tocar en un sitio de Barcelona, el que quisieras, ¿cuál elegirías?
En el Liceu. Yo ya toqué allí y la gente se lo pasó muy bien. Me gustó mucho. Pensaba que iba a ser todo muy clásico, que iba a ser súper barroco y no. Fue un rollo más electrónico, más estiloso, muy moderno, súper guay. Me grabaron en vídeo una hora de set. Y eso va muy bien para presentar a festivales y salas.
¿Un sitio de Barcelona para emborracharse?
Me gusta la Sala Meteoro, que está detrás de la Apolo. Es una sala bastante alternativa y bien decorada, donde apuestan por el new wave de los 80’. Apuestan por sintetizadores, por grupos que no se conocen tanto y la sala es perfecta. Además, es barato.
¿Qué es lo más loco que te ha pasado desde que empezaste en la música?
Lo más loco… fue en el Liceo. Estaba tocando y había un cristal detrás de mí: pasaba gente por la Rambla y podían ver mi show. Entonces, claro, no se escuchaba en La Rambla, te tenías que meter dentro para escuchar. Y pasó una prostituta y empezó a bailar. Y yo veía que la gente se giraba y se reía. Me giré y vi a la chica bailando sin escuchar mi música ni nada. Al final la cogió el dueño de ahí y le preguntó si se podía ir.
¿Hay algún ser querido que te haya dicho que no le gusta la música que hace?
No, pero mi cuñada me ha dicho que mi música no es de baile y me pregunta si le gusta a la gente. Yo lo que digo es que mi música no está para gustar a todo el mundo, sino que está hecha para gustar a oídos selectos.