Comida de cocinero con Estrella Michelin (literalmente) por el precio de dos menús en el McDonald’s.
A pesar de que bar de barrio es un concepto tan ambiguo y vaporoso como presuntamente vacío (técnicamente todos los restaurantes están algún barrio y si nos ponemos papistas, todos los restaurantes son de barrio) se nos ocurren pocas formas mejores de acercarnos al Bar Verat. Eso, y que es un epíteto que marida muy bien con su carta.
Otra forma de acercarse al Verat podría ser diciendo que Victor Quintanillà y Mar Gómez son también los propietarios del Bar Lluerna (de todo el extrarradio barcelonés, el único bar que ostenta una Estrella Michelin). El Verat y el Lluerna están pegados, en la Av. Pallaresa, 104 (Santa Coloma). Y aunque los propietarios quieran huir de cierto estigma que acompaña al Verat (es la versión low cost del Lluerna, dicen muchos), la realidad nos aproxima a eso.
Y eso que el Lluerna no es un restaurante especialmente caro. A saber, se puede comer un menú degustación (¡en un Estrella Michelin!) por poquito más de 40€. Y sí, este artículo es sobre el Verat, pero hablar del Verat sin hablar del Lluerna es como pasar por Llacuna si coges un metro de Bogatell a Poblenou: inevitable.
El Verat hace apología de la cocina de kilómetro cero (es decir, si pueden, emplean ingredientes que están a su verat) y del término cocina popular. Popular en el sentido democrático de la palabra: cocina de alta calidad para el pueblo. Por lo que te clavan por un menú normalito en un bar del centro, aquí tienes una comida (insertar adjetivo a gusto del consumidor).
Y es que el menú degustación del Verat cuesta 17,5€ e incluye guacamole con nachos, falafel, canelones de asado, curry thay de pollo con arroz basmati y espuma de coco, piña y ron o Espuma de crema catalana. Hay, además, otros dos menús (por 22,5€ y por 30€) y la opción de pedir de carta.
Acabo de conocer el significado de una palabra y me gusta mucho la pedantería derivada de usar palabras raras. Esa palabra es bicoca. Bicoca es una “cosa que se considera buena y que se consigue por poco dinero o con poco esfuerzo”. Bien, el Verat es la mayor bicoca de toda la ciudad.
Foto de portada: Gastronomistas