La contaminación en Barcelona es un problema latente, algo conocido por toda la ciudadanía y que no es, por desgracia, de carácter noticioso. Sin embargo, el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) ha realizado un estudio que confirma que la gran mayoría del CO2 que se emite en Barcelona proviene del área metropolitana, y no de la ciudad. Algo que, quizás, nos sorprenda algo más.
Tal y como muestran los datos ofrecidos por La Vanguardia, de los 13 millones de toneladas anuales de CO2 que emite el área metropolitana, «tan solo» 3.4 se generan en la capital catalana. Esto quiere decir que el 26% del total (3.4 toneladas) se genera en la ciudad, mientras que el 74% restante (9.6 toneladas) provienen del área metropolitana.
Teniendo en cuenta la población de la capital con respecto a la totalidad del área metropolitana, la ciudad de Barcelona debería producir la mitad de la totalidad. La realidad es, por el contrario, muy diferente.
La atracción de Barcelona, el problema
El vicepresidente de Ecología del AMB, Eloi Badia, afirmaba que el problema de las emisiones es «un tema más metropolitano que barcelonés…pero no es que los ciudadanos metropolitanos sean menos respetuosos con el medio ambiente». El problema reside en la atracción que provoca Barcelona con respecto a las demás ciudades, impulsando la movilidad laboral y de mercancías hacia la capital.
Es por ello por lo que, según el propio Badia, se debe mejorar el «débil» transporte público interurbano, descentralizar los puestos de trabajo y fomentar el teletrabajo, impulsar el transporte de mercancías ferroviario y apostar por la transición energética en industrias tan contaminantes como las centrales térmicas o las cementeras.
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