La presencia de los bicitaxis se ha ido aminorando en los últimos tiempos debido a las diversas medidas adoptadas por el Ajuntament de Barcelona, que ha dejado constancia en diversas ocasiones de su voluntad de obstaculizar su presencia en los espacios públicos. Objeto de polémica por ser considerados una fuente de inseguridad, especialmente en los barrios más turísticos, la desaparición de estos vehículos podría no estar tan lejos de convertirse en una realidad como semejaba hace unos años.
Las medidas adoptadas
A las medidas concretas que han sido adoptadas, tales como las restricciones de áreas y horarios, se ha sumado el incremento de la presión que los dispositivos de la policía local ejercen sobre los conductores de estos vehículos. Además de aumentar el control y la penalización a aquellos que estacionan en zonas no autorizadas o que circulan fuera de los horarios marcados, las autoridades han comenzado también una campaña de comprobación de sus licencias de transporte de pasajeros.
De esta forma, de no contar con ella o no estar debidamente registrado, el bicitaxi es requisado como medida cautelar y trasladado al depósito municipal. La medida se ha trasladado a los conductores registrados, que superan los 460, por medio de cartas en las que se les advierte de las sanciones que puede conllevar que carezcan de la mencionada licencia.
Más allá de estas iniciativas, el Ajuntament también aprobó recientemente la restricción de la circulación de los bicitaxis por el distrito de San Martí, que quedará limitada a cuatro rutas concretas. Similar a la promulgada en Ciutat Vella, entrará en vigor en la segunda quincena de julio y estará vigente hasta el día 31 del próximo mes de octubre.